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Origen y formación de la Villa Itson

Eduardo Estrella Acedo
Martes 19 de Mayo de 2015
 

Voy a transcribir casi íntegramente lo que dije en el libro “Historia del ITSON”  hace ocho años, poco después del cumpleaños cincuenta de nuestra  institución.   

¿Cómo nació Villa Itson? ¿Cuándo? ¿Cómo se financió? ¿Qué ha significado para el Instituto Tecnológico de Sonora?

El 30 de septiembre de 1979 dejé la Rectoría del ITSON y me fui a Hermosillo a desempeñar el cargo de Secretario de Gobierno con el doctor Samuel Ocaña.  Llevaba fija la idea de ayudar desde allá a ampliar el espacio físico del ITSON cuyo crecimiento era creciente con las consecuencias que eran fáciles de prever: ¿dónde estudiarían los muchachos que accedieran a sus aulas?  El campo del centro de la Ciudad quedaría rebasado en un mediano plazo. 

El Patronato del ITSON fue sustituido. Su anterior presidente, ingeniero Adalberto Rosas,  había sido electo Alcalde de Cajeme para el periodo 1979-1982 y se designó en su lugar a mi hermano Jorge, ingeniero civil. Platiqué con éste antes de su nombramiento para pedirle que aceptara  el cargo y que aprovecháramos que yo podría empujar desde la Secretaría de Gobierno los esfuerzos para ayudar a la Institución. 

La gran inquietud era conseguir la ampliación del Campus.  No era una tarea menor porque las alternativas que hasta entonces se habían manejado eran en unos casos muy poco prácticas como la de construir en el terreno de 100 hectáreas que habíamos comprado al doctor Alfonso García Aguinaga junto al CIANO en el corazón mismo del Valle del Yaqui, en donde se localizaba también el Tecnológico de Monterrey.  El lugar lo ocupa actualmente la Universidad Tecnológica del sur de Sonora (UTS) y está a mas o menos 20 kilómetros al sur de Ciudad Obregón.

Se había manejado también la construcción de la Ciudad Universitaria en la confluencia de las calles base y 16 del fraccionamiento del Valle, sobre terrenos que compramos a don Raúl Domínguez del Cid.  Era un proyecto más caro aún porque partiríamos de cero en todo: no había ninguna infraestructura: agua, electricidad, vialidad, etc. 
   
Comprar terrenos alrededor del Campo central era muchísimo más caro.  No podíamos pensar como si habláramos de 4 o 5 solares.  La necesidad era mucho mayor y requería una  solución grande.

El viernes 18 de Abril de 1980 Jorge me visitó en la Secretaría de Gobierno y me dijo que había platicado con el ingeniero Benjamín Terrazas, funcionario municipal de Cajeme, quien le confió que había un proyecto del   Ayuntamiento para extender el perímetro de Ciudad Obregón hacia el poniente, sobre terrenos del Ejido Tepeyac y desde ese momento estuvimos seguros que esa era la opción que deberíamos buscar y lograr.   Le pedí que cuanto antes comentara lo anterior con las autoridades del ITSON y que me tuviera al tanto, amén de que yo mismo lo haría del conocimiento del Gobernador y platicaría luego con ellos en Ciudad Obregón. 

Se hizo un primer memorandum fechado el 27 de Agosto de 1980 pensando ahora no solo en la extensión a otro campus, sino en un fraccionamiento que le redituara un patrimonio al ITSON.    Así, en el memorandum se hablaba de un proyecto de captación de recursos financieros por parte del Patronato mediante la urbanización y comercialización de terrenos, con lo cual se crearía una magnifica fuente de ingresos para impulso de la educación superior.  Se hablaba de un fraccionamiento para clase media y media alta, del que había una buena demanda tanto por el crecimiento normal de Ciudad Obregón como por la afluencia de profesionistas y de personal especializado que se estaba estableciendo en la Ciudad con la instalación de oficinas de tipo regional como eran los casos de la Secretaría de Hacienda, del Banco Rural, de la Secretaría de Recursos hidráulicos, del Instituto mexicano del Seguro Social y de otras oficinas federales, antes de que se las quisieran llevar a Hermosillo..

Se requería cumplir con varias condicionantes: la aprobación municipal del Plan de desarrollo, la ratificación del Estado, el consentimiento de los ejidatarios, el decreto expropiatorio de los terrenos, la aprobación final de la Secretaría de la Reforma Agraria y la indemnización que se conviniera con los campesinos.    No era un problema menor, pero tanto el municipio como el gobierno de la entidad aprobaron al proyecto y se empezó a caminar con una estrategia propuesta por mi hermano.

Decía el ingeniero Estrella que en lo que respecta a la realización física del proyecto, se consideraba que una vez elaborado el plan maestro de urbanización y autorizado que fuera por quienes debían intervenir (ejidatarios, autoridades ejidales, Municipio, Estado y Federación) éste fuera llevado a cabo por etapas cuyo tamaño dependerá de los estudios de mercado, de manera que su venta no exceda de plazos superiores a un año después de terminados los estudios de urbanización.  Para el financiamiento se habían estudiado varias alternativas entre las que estaba el Banco Nacional de México y el Banco Nacional de Obras y servicios públicos.  Habría que crear un  fideicomiso cuya finalidad sería la vigilancia de que los recursos aportados fueran destinados precisamente a la urbanización  y serían garantizados con los mismos terrenos y las utilidades que provengan de su venta.    La conclusión del memorando era: “es opinión del Patronato que podemos realizarlo ventajosamente para la Institución. … consideramos que el aporte financiero será mucho mayor que el que se obtiene con el sistema de sorteos ( y que) su realización es básica para ayudar a solucionar el problema de crecimiento estudiantil del ITSON…”.

El lunes 8 de Septiembre de 1980 se hizo la primera presentación formal del proyecto al Gobernador mostrándole un estudio de factibilidad y las cifras estimadas del crecimiento del Instituto.  El ejecutivo simpatizó con la solicitud y se siguió con la estrategia del Patronato.

El 24 de Febrero de 1981 se le entregó al doctor Samuel Ocaña un nuevo memorando haciéndole saber que se habían tenido ya pláticas con los ejidatarios quienes estaban de acuerdo con la expropiación de sus terrenos y en la indemnización que se proponía.

El jueves 7 de Mayo de 1981 se celebró una asamblea extraordinaria en segunda convocatoria con el Ejido Tepeyac en el que estuvieron presentes los señores Wilfredo Villegas Arredondo sub delegado de organización de desarrollo de la Secretaría de la Reforma Agraria en el sur del Estado; Ing. Jorge Estrella Acedo presidente del patronato del ITSON; mi secretario particular licenciado Alfonso Paz y Puente en representación del Gobierno del Estado; Lic. Miguel Ángel Murillo Aispuru en representación del ISSSTESON;  Ing. Vicente Urbalejo Muñoz representante de la Asociación Agronómica Mexicana; Prof. Nicasio Suárez Rico como secretario general de la Federación de sindicatos de trabajadores al servicio del Estado; C.P. Héctor López Limón en representación del ITSON; Lic. José María Jiménez Díaz representante del Instituto Nacional de capacitación del sector agropecuario (INCA RURAL); Lic. Guillermo Valle Corona en representación de la Secretaría de la Reforma Agraria; los señores Reginaldo Regalado González, Aureliano Contreras Ibarra y Guadalupe Esquer Romero, Presidente, Secretario y Tesorero respectivamente del Comisariado ejidal; los señores Mario Alcaraz Salazar y Santos Acosta Lagarda en representación del Consejo de vigilancia del Ejido; así como la asistencia de 47 ejidatarios.

La asamblea se desarrolló conforme al orden del día propuesto en la convocatoria en la que aparecía como punto principal la expropiación de 120 hectáreas que se localizan en el block 206 del Valle del Yaqui por parte del Gobierno del Estado en beneficio del Instituto Tecnológico de Sonora cuyo presidente de su patronato el ingeniero Jorge Estrella hizo uso de la palabra para manifestar que el Instituto requería solo de 60 hectáreas de las 120 y que las otras 60 deberían ser para beneficiar a programas de carácter social por parte del ISSSTESON.  Hablaron también los ejidatarios Reginaldo Regalado, Albino Salazar Aguilar, Demetrio Quiñones Angüis, José María Paredes Valenzuela, Luciano Ruiz Ricardo y Rosa Vega Aragón, tomándose por unanimidad: el acuerdo  para que se expropiaran los terrenos, compensando a los campesinos con 2 hectáreas por cada una expropiada o sea un total de 240 hectáreas, más 40 mil pesos por cada una de las 120. El Gobierno estatal se obligó en el acto a entregar al Ejido un millón de pesos para construir y equipar oficinas del núcleo ejidal. 

Como sabemos, el Ejido Tepeyac es parcelado.  Se escindió del Ejido Providencia. Los parceleros indemnizados fueron once: Reginaldo Regalado González, Ramón Rojas Hernández, Arnulfo Arbayo Rodríguez, Lucio Ruiz Ricardo, Albino Valenzuela Moroyoqui,  Rafael Martínez Alvarez, Rosa Vega Aragón, Mariana Apodaca Olivas, Carmen Valenzuela Enríquez, Juan Valenzuela Angüis y Leobardo Vega Machijeca.

El miércoles 8 de Julio de 1981 se firmó en Hermosillo, como consecuencia de los acuerdos tomados en la asamblea que menciono, el convenio para que el Estado iniciara los trámites de expropiación de los terrenos de los ejidatarios a quienes en esa fecha se les entregó  la cantidad de 6 millones de pesos como indemnización anticipada.  Igualmente se convino en localizar las 240 hectáreas para restituirle a los campesinos lo expropiado en proporción de 2 por una.

El viernes 24 de Junio de 1983 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto expropiatorio de los terrenos a favor del Gobierno del Estado de Sonora dándose a éste la posesión material del inmueble el 18 de Enero de 1984, a través del  Instituto de seguridad y servicios sociales del Estado de Sonora (ISSSTESON) entidad que, en lo que respecta al ITSON figuró como fideicomitente en un contrato celebrado con Banoro S.N.C. como fiduciario  (antes Unibanco S.N.C.) a quien se le entregaron 60 hectáreas de las que 20 se destinarían para un Campus universitario y 40 para un fraccionamiento en beneficio del Instituto Tecnológico de Sonora como  Fideicomisario.

En las 20 hectáreas ha crecido el Campus Náinari del ITSON y en las otras 40 nació el fraccionamiento Villa Itson dividido en 32 Manzanas y 726 lotes que fueron vendidos en su totalidad cimentando económicamente de manera excepcional a la Institución.

Se resolvieron por muchos años dos problemas: el académico en cuanto que se expandió la Casa de Estudios y por supuesto también el económico.  De esto último la opinión pública jamás ha estado informada de cuánto significó en dinero.  Mas de un cuarto de siglo las autoridades del ITSON guardaron  esto como un secreto de Estado, como si ellos fueran los dueños del dinero y no los sonorenses.  

El fraccionamiento de Villa Itson fue un gran detonador para la creación de un patrimonio de nuestra Casa de estudios.  Creo que muchos millones de pesos se reunieron con ese programa y con el apoyo decidido de los  gobiernos municipal y del Estado, encabezados respectivamente por Adalberto Rosas y Samuel Ocaña.

Algo similar está haciendo el ITSON con un nuevo fraccionamiento llamado “Los misioneros” en unos terrenos al lado poniente de la laguna del Náinari.   

Sin duda que Villa Itson es un ejemplo a seguir por otras Universidades que están atenidas a los subsidios oficiales y cuyos ingresos propios son más bien simbólicos.  Pero para ello se requiere de gentes con imaginación y con ideas como las que tuvo mi hermano Jorge. .  Que yo sepa ninguna universidad pública en México se ha atrevido a hacer lo que se  hizo con el ITSON

Eso hizo Jorge Estrella Acedo sin cobrar un solo centavo por esa enorme labor. 

Recuerdo cuando Jorge rindió su informe final antes de dejar el cargo el 31 de Octubre de 1987 en un  acto en el que fuimos testigos de la actitud del entonces Rector quien solo escuchó pero no reconoció el logro de mi hermano. 

Esto último lo dije y lo escribí desde hace siete años.
   
Lic. Eduardo Estrella Acedo, primer Rector del ITSON.

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