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Según los historiadores de Cajeme, este tiene su origen en diciembre de 1906. Tomando como fecha ese dato, Ciudad Obregón cuenta en la actualidad con 116 años.
Sin embargo como Municipio alcanzará el próximo 27 de noviembre noventa años, es decir estará a solo diez años para que llegue al primer centenario.
No obstante ya sea en los inicios del pueblo que primero fue unas cuantas casas, luego sería una congregación, después alcanzaría el grado de comisaria para al poco tiempo erigirse como municipio, Ciudad Obregón no cuenta con cosas viejas que hablen de su pasado, de su historia, a reserva de considerar el Palacio Municipal con sus setenta años de construcción.
Quizá lo anterior para algunos pase desapercibido o no le den la menor importancia, como ha sucedido a lo largo de la historia de este pueblo, principalmente con nuestros gobernantes que ninguno se ha preocupado por ello, más bien, han hecho lo contrario, es decir destruir los pocos vestigios del pasado histórico de este.
Nuestro municipio ha sido gobernado por personas de las diferentes corrientes ideológicos y cada una de ellas lo han hecho en varias ocasiones, sin embargo, ninguna de ellas podrá jactarse que ha hecho o al menos tratar de rescatar algo de nuestro pasado histórico.
Lo más fácil es decir que por el bien y el progreso de la comunidad se han destruido lo poco que había del pasado de nuestra ciudad, nuestro municipio.
En algunos de este caso podrán tener la razón, porque la ciudad requiere de cambios, ejemplo de estos podría ser la demolición del Hospital Municipal, que dio paso a uno más moderno porque ya la sociedad lo demandaba.
Hace algunas administraciones fue la demolición del viejo mercado municipal dándosele una verdadera transformación, con en el que pudieron más las voces que hablaban del modernismo que conservar algo tradicional para la ciudad.
Tiempo más atrás ocurrió la demolición de la Concha Acústica que dio pie con su destrucción a la que ahora es la Biblioteca Pública Municipal, sin embargo lo que sobraba en ese tiempo era terreno para construir la biblioteca, no obstante quizá fue capricho o interés por lo que se llevó acabo esto.
También viene la destrucción de la Catedral Del Sagrado Corazón de Jesús, que para muchos esto tampoco tenía razón de ser y lo único que se logró rescatar fue un pedazo de una torres para decir que ahí existió una catedral.
Otro caso son las transformaciones de las plazas públicas como la 18 de Marzo y la Plaza del Zocalo, que con el tiempo se llamaría Plaza Morelos, luego se convertiría en Plaza Álvaro Obregón y después se hizo el intento por quitarle este nombre y llamarle Plaza Bandera.
La transformación de estas plazas fue también para ponerles sello modernista propio del que implantó el gobernador Guillermo Padres Elías, que al igual que en esta ciudad, en muchos pueblo de la sierra destruyeron plazas, muchas de ellas con más de cien años de antigüedad para dar cabida a canchas de baile y básquetbol.
En el pasado reciente la desaparición del lugar donde históricamente se asienta, es el origen físico de Cajeme, de Ciudad Obregón, esto es la vieja Estación del Ferrocarril. Esta demolición fue para dar cabida a un edificio que al decir de muchos, es inadecuado y no se le a podido dar un verdadero uso.
Una antigua casa ubicada en Plano Oriente que dio albergue a uno de los primeros pobladores de la ciudad, en total abandono.
El viejo edificio del Hotel Tácate, que aunque propiedad privada, fue donde se escribieron unas de las páginas más interesantes de nuestro municipio y donde se instalo quizá la administración Municipal más relevante de este, donde figuró como Presidente Municipal Don Vicente Padilla Hernández acompañándolo como regidores verdaderos líderes sociales como Bernabé Arana, Saturnino Saldivar, René Gil y personajes de la talla de Tomas Oroz Gaytan, Eusebio Morales, Matías Méndez
Estamos pues ya muy cerca de llegar a los cien años del nacimiento del Municipio de Cajeme; por desgracia a los jóvenes, a los niños no se podrá tener nada, o relativamente muy poco que mostrarles de los vestigios de la ciudad.
Así pues, nos estaremos olvidando que para seguir mirando hacia el futuro, no debemos olvidar nuestro pasado, pero lastimosamente en nuestro caso no se aplica esta premisa.
Así pues y con razón de causa, la historia para las autoridades en general, como que todavía no ha sido apreciada, como que asumen que la historia es poco útil y hasta se dan el lujo de negar el acceso a esa fuente de información.
A casi cien años de ayer, por negligencia nuestra y por no exigirle a quienes nos gobiernan estaremos destinados a ser un pueblo sin historia, o dime tu:
En el caso del pueblo de Cajeme, de Ciudad Obregón, ¿Cómo se podrá hablar de nuestro presente sin conocer las raíces?.
