Mientras la Profeco iniciaba la destrucción de 2 mil cilindros de gas, Francisco Murillo Izaguirre, robó uno y un televisor de 19 pulgadas con video casetera.
Cuando lo detuvieron él explicó que el cilindro lo quería para aportarlo a la campaña de destrucción que realiza Profeco, pero nadie le creyó. Del televisor, dijo que se lo había encontrado casualmente en el interior de una casa a cuyos moradores no tiene el gusto de conocer.
El detenido fue certificado bajo los efectos de alguna sustancia depresora del sistema nervioso y al momento de la captura, argumentó que el televisor se lo habían regalado.