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Feliz porque ya tenía su televisionsota para ver la pelea de Pacquiao contra Mayweathe, Miguel Aceves caminaba por la calle cargando en la espalda una pantalla plana de grandes dimensiones.
"Me costó una buena lana y muchos días de trabajo", decía a quienes le preguntaban dónde había conseguido el artefacto tecnológico que lo hacía parecer una tortuga de concha plana.
Unos policías que andaban allí lo vieron pasar y tuvieron la misma duda: Cómo se hizo de mulas Pedro, o sea, cómo consiguió esa pantallota el sujeto que caminaba por la calle Santa Martha de la colonia Real de Sevilla.
Cuando les dijo que la había comprado con su dinero, los agentes soltaron una sonora carcajada. "¿Piensas que te vamos a creer?", le preguntaron y enseguida le dijeron:
-Seguramente te la ganaste en una rifa.
Así hubieran quedado las cosas de no haber sido porque los policías recibieron el reporte de un robo en esa colonia, y el reporte hacía referencia precisamente a una pantalla plana.
-Ajá, ahora no podrás engañarnos, malandrín. Tú eres el culpable -dijéronle e ipso facto procedieron a detenerlo, le pusieron dos bellas pulseras de fierro, también llamadas esposas y así lo llevaron ante el agente del MP quien no se tentó el corazón para enviar al Miguel a una fría celda.
De inmediato el detenido pidió clemencia para que le permitan salir antes del sábado o lo remitan a una celda equipada con televisión, cable o parabólica, aire acondicionado y si se puede un servibar para disfrutar como se debe de la pelea del siglo.
