Luis y Ramón Ramírez son primos, viven en la calle Sóstenes Rocha, al norte de la ciudad, y de vez en cuando les gusta brindar con bebida espirituosa que pone la mente muy babosa.
En ese estado de indefensión intelectual hallàbanse cuando se les ocurrió entrar a la casa de una vecina nomás porque sí. No fueron invitados a pasar, nadie les dijo entren miuchachos, ni siquiera llevaban una orden de cateo, nada. Sólo porque se les ocurrió ingresaron a la casa ajena y sin mediar saludo alguno empezaron a insultar a los allí presentes.
También los amenazaron, les dijeron que los iban a matar y que después les quitarían la televisión y el celular para que sufran más.
Asustado por esas amenazas, los habitantes de la casa ultrajada llamaron al Servicio de Emergencias y después de esperar un buen rato vieron llegar a los policías quienes se dieron a la tarea de identificar, perseguir, ubicar y detener a los primos Ramírez.
En su declaración los consanguíneos agresores explicaron que estaban muy resentidos con la vecina porque nunca los invita a entrar a la casa y eso se siente muy gacho, dijeron.