En la Escuela Carlos M. Calleja la profesora Elvira Márquez me enseñó a leer y escribir. Ahí comencé a observar la belleza femenina en dos hermosas maestras.
De ahí me escapé por primera y única vez en horas de clase. Y por primera y única vez me pusieron a recitar en una fiesta; memorizaba con rapidez los poemas pero como declamador fui un fracaso.
La directora era la maestra Mercedes Andrade. Cursé primero y segundo años y como sólo aceptaban niñas de tercero en adelante, me inscribieron en el Centro Escolar Cajeme. Mis profesoras de tercero, cuarto y quinto fueron Ramoncita Valenzuela, María Luisa García y su hermana Lucía. El director, enérgico y regañón, el ´profesor Enrique L. Peña.
En ese plantel estudió también Manlio Fabio Beltrones pero, obviamente, mucho después que yo.
Y apenas al comenzar el sexto año nos cambiaron al recién estrenado edificio de la escuela Fernando F. Dworak con nuestra maestra Carlota Icedo y el director Peña.