¿Qué es más perjudicial para los sonorenses: tener en el Senado un tonto o un perverso? Tal vez, aunque con dificultades, se podría lidiar a uno u otro, por turnos. Pero poco se puede hacer si la senadora es tonta y también perversa. Es una víbora y se llama Lilly Téllez.
Bien se sabe que llegó a la Cámara con el apoyo de MORENA, partido al que traicionó en cuanto se vio aferrada al escaño y al cheque del Legislativo. Acción Nacional consideró que los escándalos de la Téllez le serían políticamente útiles y le permitió repetir en el cargo. Hoy les parece mucho lo que falta para que se vaya al diablo en 2027.
En “El Imparcial” del martes, el doctor Ernesto Camou Healy destaca la tontera y la perversidad de la Téllez, que se soltó acusando a la presidenta Sheinbaum de hacer propaganda política con motivo del accidente del buque “Cuauhtémoc”. ¿Qué tiene que ver la elección de ministros y jueces con la tragedia, cuyas causas apenas comenzaron a investigar?
La sencilla pregunta pone en evidencia que la Téllez es tonta, y también que es perversa. Sabe que habrá otros tontos como ella y muchos perversos que dan crédito a la calumnia por absurda que sea. La Téllez paga con escándalos el apoyo de su partido de adopción.
Es una víbora que serpentea entre los escaños. ¡Cuidado con su veneno!
PRIMACÍA DEL CRIMEN
Los que gobiernan se muestran complacidos de que bajen en número los homicidios dolosos, según su propia estadística. En proporción doble aumentan los escenarios públicos en que se cometen los homicidios; se ha vuelto un reto matar en cualquier parte y a cualquier hora, sean otros delincuentes las víctimas o mujeres y niños inocentes.
Los homicidas no muestran temor a la autoridad. No queremos pensar que cuentan con protección de la propia autoridad. ¿No se necesita más investigación de inteligencia para prevenir?
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