Como ocurre hace muchos años periódicamente, vuelve al escenario de las discusiones el Poblado Miguel Alemán, avivando la vieja cuestión de si se le convierte en municipio o se le deja a su suerte que no es para causar envidia a otras comunidades.
Acaba de publicar un buen artículo al respecto Enrique Zavala, cuya opinión ha de tomarse en cuenta pues se fundamenta en las experiencias que vivió cuando era eficaz funcionario del Ayuntamiento. No recomienda, para resolver la cuestión, ni un Sí rotundo ni un No rotundo.
Los habitantes de aquella población han librado diversas luchas. Recuerdo cuando, cansados de soportar comisarios chafas que les imponían desde Hermosillo, exigieron que se les dejara escogerlo a ellos mediante votación.
Como todos los sonorenses que aman su terruño, sería para ellos un orgullo verlo convertido en Municipio. En la Constitución se indican los requisitos para alcanzar ese nivel, pero no sólo se trata de la municipalización sino, además, de asegurar los medios para subsistir mientras encuentran el camino del desarrollo. Por otra parte, habría que sopesar la opinión del Ayuntamiento de Hermosillo, que perdería una fuente de impuestos.
Un caso parecido al del Poblado es el de Pueblo Yaqui, comisaría de Cajeme, que ha entrado varias veces al juego de la municipalización sin éxito. Lo tuvo la Colonia Irrigación, ahora Municipio Benito Juárez, pero qué chiste, contó con el decido apoyo de un gobernador que nació allá.
Si hay vecinos del Poblado Miguel Alemán que le entren a estudiar el asunto con seriedad, sólo les pediremos que no se dejen contaminar con politiquerías siempre nocivas. Total, si tratan de obligarlos a que tomen desde ahora una posición, respondan como el ranchero: por un lado, me parece que sí, y por otro, me parece que no, lo más seguro es que quién sabe.
carlosomoncada@gmail.com