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Ante la insistente canallada de los gringos de cobrar un impuesto a las remesas que de allá mandan los trabajadores mexicanos a sus familias, la presidenta Sheinbaum dijo que se podría responderles con movilizaciones. Consisten éstas de masas enormes de gente que desfilarían por el centro de la Ciudad de México, enarbolando pancartas y mantas con leyendas de denuncias y acusaciones.
De convocarse una manifestación contra los gringos, se lograría una concentración como nunca se ha visto, no sólo porque las familias perjudicadas forman por si solas una cantidad gigantesca sino porque los mexicanos en general estamos indignados por la mezquindad y la crueldad de estos nuevos nazis.
Lo malo está en que la movilización se encaminaría de inmediato hacia la embajada gringa, de fácil ubicación, sobre la avenida Reforma, y aunque se instalaran vallas de contención y se protegiera el edificio con un ejército de policías, no podrían evitarse las pedradas y los ladrillazos, las bombas molotov y tal vez inclusive los balazos. Ya la pólvora está lista, sólo falta acercar el fósforo.
Esto no arreglaría la situación pero sí la agravaría. Los gringos se harían los ofendidos e inventarían nuevas formas de agresión económica. Pero ni el gobierno de México ni las familias a quienes ronda el fantasma del hambre han de bajar la cabeza y guardar silencio. La Presidenta se encuentra en una situación delicada y lo que menos podemos hacer es formar filas a su lado.
VE A VOTAR
No hagas caso de los derrotistas y de los “contreras” de oficio. Ve a votar para elegir a los ministros y jueces. Parece que por el número de candidatos y por las campañas que han sido discretas, será esta elección más difícil que las que hemos acostumbrado. Pero ahí habrá carteles explicativos y edecanes que nos orientarán.
Ve a votar el domingo y adquiere el honor de haber sido de los primeros mexicanos que elegimos a los jueces.
carlosomoncada@gmail.com.
