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La Ley 4 Orgánica de la Universidad de Sonora estuvo vigente un poco más de 30 años y al amparo de sus normas, la Junta Universitaria sacó adelante y en paz ocho procesos de elección de Rector. La Ley actual a ver si sirve para deshacer las trampas que dos políticos disfrazados de candidatos han preparado para robarse la Rectoría.
Como se sabe, Cuauhtémoc González y Aarón Grajeda fueron superados de modo aplastante por la doctora Dena María Jesús Camarena Gómez en la encuesta en que participaron académicos, estudiantes y trabajadores de la Unison. Pero alegan que los votos que ellos obtuvieron, más los votos de los tres candidatos que no calificaron, dan un 60% frente a los de la triunfadora y afirman que eso significa que la mayoría quiere un cambio, y dan por un hecho que ellos, precisamente ellos, los perdedores son los únicos que pueden lograr ese cambio (¿Qué cambio es ése? ¡Sepa!)
Esta es una trampa para ingenuos.
Esta semana debe el Colegio Universitario elegir al nuevo o nueva Rectora. Los miembros de ese órgano son 138 y a estas horas, los dos tramposos deben haber hablado con la mayoría de ellos a fin de lavarles el coco. Que cuando comience la sesión alguien tome el tiempo, reloj en mano, de las horas de duración. Presiento que volveremos a la época del “asambleísmo” adormecedor, de los sarcasmos, la violencia verbal y los discursos vacíos y tontos.
Un paso para disminuir la posibilidad de que esto ocurra es no permitir que ninguno de los seis candidatos que fueron registrados entre a la asamblea. No tienen por qué estar ahí, Esperamos que los miembros del Colegio se conduzcan con sensatez, que respeten los términos de la convocatoria y elijan en el sentido que la mayoría de universitarios marcó en la encuesta. NO a las trampas. NO al ridículo.
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