Con notable mayoría, el Sindicato de académicos de la Universidad de Sonora resolvió no estallar la huelga el martes, lo que no implica que han de dar término a las exigencias laborales que consideran justas, aunque utilizando otras vías que no lleven a la paralización de la Casa de Estudios.
Han actuado como auténticos universitarios al tutelar ante todo los derechos de los estudiantes.
Por lo que concierne al STEUS, el estallamiento previsto para el día de ayer fue considerado ilegal por las autoridades del Trabajo porque no se satisficieron todos los requisitos previstos por la Ley. Los líderes hablaron de un recurso que podrían utilizar para rebasar este obstáculo, pero al escribir esta columna no recibía información al respecto.
PARA MÍ, MURIÓ UN DESIERTO PARA LA DANZA
Ayer terminó el festival “Un desierto para la danza” y no asistí a ninguna de las funciones.
Yo fui el creador de este Festival en 1993, cuando fui director general del Instituto Sonorense de Cultura. Cuando cumplió el Desierto 25 años de movimiento mágico, el Instituto me publicó un libro con la reseña de todos y cada uno de los festivales ilustradas con bellas fotografías..
Si algo valen esos méritos, y si en el Instituto saben que no me sirven mis viejas piernas para caminar, no me explico por qué no comisionaron a una persona (de preferencia una secretaria) para que cada día hubiera ido por mí y me llevara al Teatro de la Ciudad y me devolviera a casa al terminar la función.
Ni siquiera les habría pedido que me invitaran a cenar. No habría aceptado para no abusar, a menos que mi acompañante se pusiera a insistir con necedad.
Es triste, pero debo aceptarlo. Jamás volveré a estar en Un Desierto para la Danza.
carlosomoncada@gmail.com