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Entre los numerosos boletines de prensa que hace circular cada día la presidencia municipal de Hermosillo, me llamó la atención uno en que se anuncia la reanudación de relaciones con Francia. Reanudación, digo, porque hubo hace años una muy interesante que nos permitió tener aquí la Alianza Francesa y sus cursos del idioma de Jean Paul Sartre.
Inició sus actividades en un caserón de la calle Rosales bajo la dirección de un profesor activo y simpático, Jacques Cadaugade, que por cierto encontró esposa en Sonora. Luego se cambió a la callecita que corre a espaldas del Hotel San Alberto, donde se llevaron al cabo actividades culturales como exposiciones de artes plásticas y conferencias. Entre estas últimas recuerdo las del muy estimado amigo Rubén Sandoval, poeta y novelista que fue director de la Alianza en La Paz, B. C.
Las relaciones con cualquier país del mundo competen al gobierno federal por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Las facultades para actuar en la materia están muy limitadas para los municipios, excepto los convenios con empresas particulares para atraer inversiones y los acuerdos en el campo de la cultura. Ojalá estén enteradas las autoridades de Hermosillo de la maravillosa experiencia que vivimos con la Alianza Francesa y se sirvan analizar la posibilidad de que regrese esa institución u otra similar.
¿RESCATAR EL FAOT? ¿DE QUÉ O DE QUIÉN?
Los periódicos escriben y publican sin ton ni son. En El Imparcial de este lunes, al informar sobre los primeros pasos que se dan hacia la organización del Festival Alfonso Ortiz Tirado 2026, dicen que el gobernador Durazo “rescatará” el citado FAOT.
¿Lo rescatará de quién o de qué? Desde que en 1992, durante el gobierno de Manlio Fabio Beltrones, cuando se le dio su estructura actual, el Festival ha mantenido su duración y calidad a muy alto nivel, salvo algunas desviaciones en el tiempo de Armando López Nogales, que por otra parte se corrigieron durante el mismo sexenio. En el gobierno de Eduardo Bours se extendió a varios municipios. Y aflojó a principios del actual sexenio, no por razones atribuibles a una persona sino debido a la pandemia.
El objetivo no es rescatar sino conservar lo que el pasado se ha hecho bien, dejando de lado envidias absurdas.
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