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“El Imparcial” le publicó entrevista de plana completa a Dolores del Río, en la que ésta cumplió dos normas obligatorias para todo candidato; la primera, condenar por completo el desempeño de su adversario, porque se trata de convencer al elector de que la solicitante de votos viene a arreglar un absoluto desgarriate.
La otra norma obligatoria consiste en cantar loas al jefe inmediato, en este caso, el gobernador, y convencer también al elector que gracias al mandatario todo marcha de maravilla en la entidad.
En la entrevista en cuestión desconcierta que nada positivo se haya hecho en Hermosillo, municipio y capital de Sonora, porque entonces no es cierto que todo marcha estupendamente en la entidad de la que es responsable el gobernador; hay funciones importantes, como la seguridad, la construcción de obra pública, el fomento de la inversión, entre otras, que en primera instancia de él dependen. La transformación lograda por Alfonso Durazo en otros municipios no ha alcanzado a Hermosillo, dijo textualmente.
No hubiéramos hecho este razonamiento, si Del Río hubiera acomodado por ahí una frase como ésta: “Si algún cambio positivo se advierte en Hermosillo, se debe únicamente a la acción del gobernador”.
En cuanto a las acusaciones contra la gestión de Astiazarán a la entrevistada se le pasó reprobar que los funcionarios que han quedado al frente de la administración le hacen propaganda a su jefe con licencia, pues promueven la publicación de notas y reportajes que ayudan a su campaña, por ejemplo, el de la gente que goza, dice el reportaje, con la remodelación del Parque Madero. El espacio periodístico tiene un costo que obviamente es cubierto por el Ayuntamiento.
Es muy difícil que haga crítica válida quien pasó ya por el cargo que hasta hace unos días ocupaba el criticado. Lo peor del periodo de la alcaldesa Dolores del Río fueron los tandeos. La “solución” que intentó contra la escasez de agua fueron los tandeos. Uno tenía que almacenar agua en baldes y cazuelas porque durante largas horas no salía ni gota por la tubería. La entrevistada dijo que había tenido que tomar “medidas dolorosas”. Con efecto, fueron dolorosas para nosotros, los usuarios. Y si algún dolor sintió la ex presidenta municipal fue un dolor político que se calmó con uno o dos viajes al extranjero.
Los gobiernos panistas de aquella época, la época panista de Dolores del Río, inventaron la facultad de los regidores de cobrar indemnización, como cualquier obrero o empleado si lo corren de la chamba, al terminar los tres años para los que fueron elegidos. Esas cosas no se olvidan. Pero esto no quiere decir que votaré por Astiazarán. Lo más sano es que se vaya con su música a otra parte. A mí me queda la opción de votar por Natalia Rivera Grijalva.
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