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La confianza que ha depositado muchas veces AMLO en las fuerzas armadas ha dado motivo para que se diga en las filas de la oposición que vamos hacia un régimen militar. El hecho es que esa confianza ha rendido frutos, algunos extraordinarios, como la localización e incautación de los laboratorios de droga en el sur del Estado.
Los periódicos hacen hincapié en que impidieron que el crimen organizado se embolsara millones de dólares con el infame comercio de la droga, pero creo que el verdadero valor de esta hazaña es haber evitado que el vicio destruyera a millones de seres humanos, sobre todo jóvenes.
Ahora acaba de explicar el Presidente que se encargará al Ejército y a la Guardia Nacional el mantenimiento y vigilancia de las carreteras del país, porque como se ha procedido hasta hoy se han multiplicado las “transas”.
A alguno o algunos deben haberles zumbado las orejas en Sonora. Yo no podría señalar casos concretos de corrupción en ese ramo, pero tengo en mente que las compañías constructoras hicieron esperar al Presidente porque anunciaban la conclusión del último tramo, al norte de Magdalena, y que siempre no, y que un plazo más y fue el cuento de nunca acabar. Y conste que la presunción de que ha habido transas implica la complicidad del gobierno y de las constructoras del sector privado.
¿SE DESACTIVA LA BOMBA?
Una de las permanentes demandas de los sindicatos de la Universidad ha sido que se dé a todos sus miembros la oportunidad de hacerse de una casa propia.
La prensa de ayer informa que la rectora y el delegado del INFONAVIT firmaron un convenio mediante el cual es incorporado al organismo el 66% del personal y el año´próximo el resto.
Me pongo optimista y pienso que éste es un paso importante para desactivar la bomba de la huelga, aunque falta saltar un escollo: la petición de 10% a los salarios.
Carlosomoncada@gmail,com
