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Viernes 3 de May de 2024
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El régimen del no cambio

Alejandro De la Torre D.
Jueves 22 de Febrero de 2024
 

El encargado del estudio sobre la revolución en México es contrario a su propio oficio, es portador de una concepción reformista contraria a la revolucionaria, por eso tergiversa lo que es el cambio de régimen.

Habla de “cambio”, pero no dice qué carácter de régimen. El autor enreda los conceptos y peca de indefinición ideológica. Menciona a las clases y grupos sociales cuando no es el gobierno o la élite política lo importante, precisamente por esta deficiencia, el régimen –político– actual, sigue siendo el mismo del pasado, sus piezas fundamentales se mantienen y lo que únicamente cambia es la forma de gobernar que si tiene diferencias notables con los gobiernos sexenales anteriores desde 1940. La forma de gobernar, no el régimen político.

El régimen político es el único existente, no es como dice Felipe Ávila, que el cambio de régimen es un cambio profundo en la estructura económica; no, es al revés; un cambio de la estructura económica hace irremediablemente un cambio de todas las demas superestructuras en las que están erigidas: políticas, culturales, sociales, legales, habituales. 

La estructura económica, es la base económica, con la que funcionan las relaciones de producción existentes en un país o región homogénea. Las relaciones de producción son las consecuencias de las redes en que funciona la producción material de cualquier sociedad histórica: fábricas, dueños del capital, obreros, dueños de tierras, minas, ganaderías y pescas, de los que ofrecen servicios y comercio. 

Estas relaciones de producción están sentadas en un modo de producción, este modo de producción al depender de la explotación de la fuerza de trabajo de miles de obreros y al acumular la ganancia obtenida de esa explotación, apropiada en unas cuantas personas, se llama capitalismo, y esas personas se llaman capitalistas; cuando la concentración descomunal de esa ganancia no se aplica a mas infraestructura industrial y productiva, se destina a acumularse en capital financiero, esta acumulación genera una capa superior en la clase social capitalista, que se llama oligarquía financiera, que domina a todo el modo de producción. Estas relaciones de producción determinan todo el resto de relaciones humanas entre ellas las creencias, las conductas y las mentalidades humanas.

Estas conductas son las que están determinadas por un régimen político cuando se trata de entender las relaciones políticas y la relaciones entre las clases sociales y los estratos sociales, y las dos clases antagónicas son la clase explotada que produce las mercancías y la ganancia con su trabajo, y la clase explotadora que controla la ganancia producida por ese trabajo, concentrada primero en el capital financiero y en segundo orden el capital industrial y comercial. 

En estas relaciones políticas se encuentra la forma de gobierno que es solo forma, es superficie, y el régimen político, que es la organización del aparato de cualquier gobierno, que puede ser de una sola persona, de un parlamento o del reparto entre tres poderes legalizados por las repúblicas burguesas. 

Este régimen puede ser completamente cerrado y muy abierto, pero nunca completamente abierto. En el completamente cerrado están las repúblicas de un dictador o un semidictador, y en los abiertos están las repúblicas que incluyen a la gobernabilidad con el concurso más abierto de sujetos sociales, mientras no sea mayoritaria o hegemónica la representación de la clase explotada en este concurso, pero pueden ser muy abiertas. Pero nunca este régimen político será absolutamente abierto, será cerrado siempre como un grifo de agua, por el control de la oligarquía del modo de producción, de la estructura económica y lo cerrará tanto o menos mientras deje de poner en riesgo su control.

Para modificar este esquema que no ha sido remontado ni por las repúblicas soviéticas europeas mucho menos por la China ex comunista actual, puede hacerse una revolución del proletariado, de las masas pobres y explotadas mediante el golpe tomando el poder o mediante el camino más iluminado en la actualidad, la organización popular. P,ara gobernar desde el pueblo en sus estructuras ciudadanas directas, esto es en sus barrios y comunidades, esto es, en consejos ciudadanos de gobierno en la base popular de sus espacios de vida, los barrios, las calles urbanas, los pueblos y las comunidades, tomando los ayuntamientos, gobernando en los ayuntamientos, forma actual municipio libre, base del federalismo definido por la Constitución Política de México.

El régimen no lo ha cambiado el efecto de las elecciones de 2018, mucho menos el gobierno del actual presidente, al contrario, se recupera, se regenera y se convierte en el aparato con el que se reproducen las relaciones políticas con el resto de los sujetos sociales, que la mayoría son desplazados, principalmente los estratos más amplios del pueblo y los miles de millones que pertenecen a la clase trabajadora explotada.

Para cambiar al régimen se requieren mecanismos de participación y decisión social, que no los impulsó el actual gobierno, al contrario, tomaron todas las decisiones los nuevos grandes poseedores del aparato de gobierno, este es el fundamento para demostrar que el régimen actual no cambió, es el mismo régimen del pasado, unipersonal, poderes subordinados, entidades gobernadas por déspotas igual que el pasado, instituciones disfuncionales y autoritarias, permanencia de la corrupción en el manejo del dinero público, el control del poder de la fuerza armada, la tolerancia con los poderes velados fácticos, la obediencia absoluta al poder del capital financiero.

Sin embargo, es demostrable que en el mismo régimen que prevalece debe buscarse un mecanismo que lo legitime, que es abrir el gobierno y la existencia de elecciones, así como evitar el choque con los estratos sociales mas marginados, que pueden irremediablemente por esta característica, gobernar.

Al gobernar esta parte mayoritaria, ampliamente mayoritaria, en sus espacios comunitarios tomando los ayuntamientos. Ayuntamiento viene de la palabra “Yuntar”, juntar. Entonces y solo de entonces, se considerará que el régimen ya no será el mismo, que será un nuevo régimen político, donde la sociedad, los ciudadanos, tomen las decisiones en los municipios y en las entidades, que se impondrán por encima de un gobierno central, que le dicen gobierno “federal”, que es un gobierno que sigue imponiéndose y tomando las decisiones desde un presidente o presidenta dictador, hegemónico, de ahí viene la obsesión corrupta por ganar las elecciones federales.

Cuando el pueblo tome las decisiones políticas y de conducción económica, habrá cambiado verdaderamente el régimen político, mientras no sea así, el régimen será híbrido, o sea peor que el régimen caduco y más favorable al modo de producción imperante, con todo su contenido ideológico, legal y de sometimiento.

Pero todavía más, la cuatroté no tiene intención, ni el propósito de cambiar al régimen político, por que ya le cayó el poder sin necesidad de cambiarlo. Pudo cambiarlo desde el primer día que tomó el poder en el año 2018, y transformarlo de fondo y raíz, pero cuando vieron las mieles, se frenaron, se entusiasmaron y les gustó ejercer los beneficios de mantenerolo. Tampoco después del 2024 tienen ninguna intención de cambiarlo, si no de fortalecerlo. Solo esperan que les vuelva a caer el voto, la legitimidad de un sistema electoral carente de democracia y fondo democrático, superfluo y de reparto político, no de toma de decisiones amplias y directas y mucho menos de gobierno del pueblo. No habrá un cambio real, eso solo los ilusos lo esperan. El cambio de regimen será real cuando los ciudadanos tomen las decisiones grandes y pequeñas, cercanas y lejanas. Se ve tan dificil pero es tan fácil.

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