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Llega otro 2 de enero y desaparecen por arte de magia las tradiciones que nos han impuesto los conquistadores, hoy económicos, políticos, antes bélicos, religiosos. Sin querer caer en el grinchinchismo, la navidad finalmente es un fenómeno publicitario comercial más, y el fin de año, un día como cualquiera de los 365 días del calendario, cuando no es bisiesto. Alguien dirá que estoy amargado porque a mis 74 años no me trajo nada “el Niño Dios”. Reniego de la fecha por estos motivos (aparte del grinch); si el Jesús navideño nació el 24 de diciembre, con el ajuste que dio el papa Gregorio XIII en el 1582 quitándole 10 días al calendario Juliano, pues resulta que la conmemoración está fuera de exactitud dónde quedó, ¿el 34 o el 14?, pero no sé quién, religioso o comerciante, dijo ultimadamente que Jesus, había nacido el día que el Papa Gregorio dijo, y tan, tan. ¡Aléguenle al ampáyer!
Total, el calendario que se respeta es el calendario solar y ahí sí, a partir del solsticio de invierno coinciden la mayoría de las celebraciones de divinidades protagónicas religiosas de diferentes filosofías en el mundo.
Y usted dirá ¿eso qué requeteingaos me importa? ¡a mí si me amaneció! y tendrá usted razón, disculpe solo trataba de justificar mi amargura post navideña y del nuevo año.
Creo que el tema trascendente que nos ocupa es el político, y a mí en lo personal me interesa como liberal, el panorama nacional, de allí que lo que pasa en lo local me repatea el hígado y mejor me ocupo de opinar de temas nacionales con el derecho que me da la oportunidad de escribir infocajeme.
Me interesa el triunfo del PROYECTO DE NACION de la 4T, donde a pesar de no lograr los objetivos que requieren lo inmediato, se ha avanzado lo que se ha podido, con lo que se ha tenido. Usted dirá: ¿Y la inseguridad? Y argumento, si a las viudas de la mina el pinabete les pudiéramos preguntar ¿qué prefieren la seguridad o encontrar los cuerpos de sus familiares?, si a dos ancianos de la tercera o cuarta edad le preguntas ¿qué prefieren la ayuda del gobierno o la seguridad? y así, a los obreros el aumento a los salarios, a los pobres del sureste trabajo y seguridad. Etc etc. Seguramente la respuesta tendría una prioridad y la decisión como el ama de casa, o compra carne o pollo con lo que tiene.
El único error que cometió el candidato Obrador en el 18 (además de la Lilly Téllez, Germán Martínez) es prometer que acabaría con la corrupción, el contubernio de la política, la policía y el narcotráfico, meta en la que se ha quedado a deber sin duda, pero la cosa no es tan sencilla, ni Los Estados Unidos de Norteamérica, con todos sus aparatos de seguridad nacional, agencias, han podido acabar con estos fenómenos sociales (sin que esto lo justifique).
Por eso se decidió por resolver problemas inmediatos con políticas sociales que ayudarían a aislar el fenómeno (política fiscal y programas sociales) en lo posible.
Sin duda hay una prioridad subliminal en la mente de la 4T: ganar las elecciones y con todos los controles en la mano (mayoría calificada) realizar las reformas que sean necesarias, entre ellas, una nueva constitución y finalmente un “pacto de la Moncloa” implantar con los partidos políticos que sobrevivan a esa fecha, las bases para un verdadera participación democrática de la ciudadanía, sin los monstruos “autónomos” creados para impedirlo.
Hace falta ¿No cree usted? Es Cuanto.
