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La Paciente Invisible. En un hospital de Dinamarca

Raúl Héctor García Campa
Lunes 23 de Octubre de 2023
 

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”. Antoine, Saint Exupéry- El Principito.

A consecuencia de una caída, se fracturó una clavícula. Acudió (jueves) con su médico familiar, amablemente le indicó una radiografía corroborando el diagnóstico, Le realizó la nota médica de envío al servicio de urgencias de un hospital de especialidades (adjunto). Era tarde-noche la reciben en urgencias y la dejan sentada en el pasillo, por falta de camas (por exceso de pacientes), en espera de la valoración por el servicio de Traumatología y Ortopedia (TyO). En urgencias ese día un traumatólogo le comenta: “Sra., aquí van a tardar en operarla, si quiere yo la opero por ($) fuera”.

Sentada, espera hasta otro día (viernes), que dan la indicación de su pase a piso del servicio y, programarla para intervención quirúrgica. Le dan el número de cama, no la personalizan o queda con el nombre de la anterior paciente que la ocupó. Al llevarle el alimento las de la cocina mencionan el nombre de otra paciente. Que no es ella -les dice –. Bueno de todos modos le dejamos el alimento (le dijo la empleada de dietología). Así pasan 3 días. Ella no los consume, se los da a otros pacientes que ¡los aceptan!

Los familiares, a pesar de la rigurosa guardia de “protección Federal”, buscan la manera de introducirle alimentos, lo logran durante los días que estuvo hospitalizada. Ella tuvo sus alimentos, externos, que les solicitaba a sus familiares. La paciente invisible “comía a la carta”.

Supuestamente la “programan” para cirugía para el martes (al 4 día de su hospitalización) de la semana entrante. No aparece en la lista de programados, a pesar de que un buen samaritano “machuchon” (de alta jerarquía) de la institución, a solicitud de otro misericordioso funcionario público, dio la indicación de que se interviniera lo más pronto posible. Nunca programaron su operación. La valoración preoperatoria por medicina interna tardo en realizarse. Gracias, también, a la intercesión de una piadosa enfermera se logró que la valoración prequirúrgica se hiciera. Para entonces ya habían pasado 12 días hospitalizada en el piso del servicio (TyO), solo con el número de cama. Nunca le pusieron el nombre de la paciente (para identificarla). Nunca se le asignó el médico tratante, Un Residente del servicio de traumatología, se “compadeció” de ella, le tomó (extrajo) sangre para los exámenes preoperatorios y de perfil o funcionamiento tiroideo (PFT). Le dijeron que esos exámenes tardarían en reportarlos 2 semanas; el familiar los llevó a un laboratorio privado y los resultados de los exámenes de las PFT, se los entregaron al día siguiente. Todo en límites normales.

Salvo la fractura total, del tercio externo de clavícula, ella se encontraba bien. Aparentemente tranquila, no se aburría, porque es muy sociable. Le indicaron paracetamol para el dolor, como no le dolía si no movía el brazo, se lo daba a quien lo necesitara.

Ella nunca se quejó, lo único que le preocupaba, era que estaba ocupando inútilmente una cama, que bien podría ocupar otro paciente con algún problema de salud más delicado que el de ella. Su esposo, fue en busca del jefe de Servicio para que se dignara ir a verla, él o el médico adscrito de TyO, que supuestamente le habían asignado. El jefe del servicio lo remite con el médico, que “estaba a su cargo”. El esposo va y lo busca, y la contestación del traumatólogo, fue: “Yo no la tengo en mi lista de pacientes”.

El último día que estuvo hospitalizada (13 días exactos), la visita un médico becario, Residente de primer año (R1), de la especialidad de TyO; llevando un documento para que lo firmara. Era su alta “voluntaria”, que jamás solicitó la paciente. El pobre Residente le explicó, que no habría problema si firma su alta, que la iban a programar como externa. La Nota médica decía, a parte de la fecha y hora (tanto de ingreso como de egreso), lo siguiente: “Se presenta el caso de paciente femenino de __años, la cual presenta diagnóstico de fractura clavicular derecha ocasionada por caída de su propio plano de sustentación, alérgica a la penicilina, hipotiroidismo de un año de evolución. Manteniéndose 7 días (nota al margen: estuvo 13 días, según fecha de ingreso y de egreso) en la unidad, en espera de tratamiento quirúrgico definitivo. Previo a su egreso se comenta acerca de los riesgos de su egreso sin llevarse a cabo su tratamiento definitivo, Los familiares aceptan alta

voluntaria, para volverse a ingresar el día 24 (de este mismo mes), para realizar su tratamiento quirúrgico definitivo, jefatura enterada del caso”. Firma la Paciente invisible y el Médico Becario R1. .

La paciente, invisible para los médicos adscritos, nunca mostró señales de enojo. Pero deseaba conocer a sus médicos adscritos. Sólo quería que le pasaran visita y decirles que pudieron haberla programado desde el primer día como externa, para no ocasionar costos inútiles por día-cama de hospitalización. Quería decirles que estos días que estuvo internada, en este hospital de segundo y tercer nivel de atención, gozó del panorama visual de ésta maravillosa y tranquila ciudad, observando, desde el sexto piso, el cielo azul y como se confundía, allá a lo lejos, con la inmensidad de un tranquilo mar.

“Este caso sucedió en un prestigioso hospital de Copenhague, capital de Dinamarca.

Cualquier parecido con un hospital de nuestro país, es pura coincidencia”.

raulhcampag@hotmail.com 

XRaulHectorCamp1

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