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“En ocasiones el ganso se vuelve gallo / y este se transforma en pollito”.
Es evidente que los políticos, sin distingos, tienen amnesia selectiva, porque cuando se critican entre ellos, a pesar de que algunos han sido de la misma manada de jumentos, se les olvida que fueron de la misma recua y se juzgan mutuamente de asuntos en que quizás fueron parte o cuando menos se enteraban de ellos, ilegales o no, tirándose pedradas entre ellos. Son, parodiando a Sor Juana Inés de la Cruz: Políticos necios que acusáis a tu compañero sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. Los gansos, se transforman en patos, o “Mulardes” producto de la cruza de pato con ganso (Un mulard, híbrido entre pato común doméstico (Anas platyrhynchos domesticus) y pato criollo doméstico (Cairina moschata doméstica. Fuente: “Dr. Veterinario Google”).
Sucede con los fanáticos de uno u otro bando político. Entre la ciudadanía que no es militante de un partido, que tienen sus preferidos y son defensores “ad hoc”; esto es más frecuente con los militantes de los partidos. O con algunos periodistas, no todos por supuesto, porque la gran mayoría ejercen el periodismo con imparcialidad, con ética y valentía; no chayotera. Con todo respeto para ese gran gremio que nos tienen informados del acontecer político, con sus análisis imparciales, y sus objetivos puntos de vista. Mi reconocimiento a ellos y agradecimiento a los que me han dado la oportunidad de publicar mi opinión, primeramente, como ciudadano y sin negar que milito en un partido opositor al partido en el poder, pero esto no me impide ser crítico (con o sin razón), tanto al interior y al exterior de mismo. Constancia existe en algunos artículos anteriores (del 2013 a la fecha). Por lo mismo, bienvenida la crítica a quien esto escribe, la acepto y se los agradezco. No solo por tomarse el tiempo de leerme, sino también por corregirme. Nadie tenemos la verdad absoluta y menos en política. En política, cada quien ve el “espectáculo” desde -a veces- una “cómoda butaca”.
Pero entremos al tema de esta nota:
Me canso ganso, es una expresión muy usada en nuestro país, frase que hizo famosa actualmente, el presidente López obrador, queriendo decir con ella: “lo voy a hacer no importa que, … o reforzar su afirmación en el sentido de que haría lo prometido, costara lo que costara. Se esforzaría hasta lograr sus propósitos, aunque se canse”. … El ganso.
Hacerse pato, es: “cuando una persona se resiste a hacer algo, o finge que no sabe un tema”.
Hacerse pato es muy frecuente, cuando nos resistimos hacer lo que nos compete; con respecto a la “grilla”, como ciudadanos, hacerse pato es no salir a votar y aumentar el nefasto abstencionismo, que les conviene a los partidos que están en poder (porque tienen o tenían los votos cautivos de la militancia). Tenemos que salir a votar con responsabilidad, en libertad, por los candidatos o por los partidos que uno quiera y no ser acarreado, no vender o comprar el voto, que es lo más indigno; aprovecharse de la gente que menos tiene, que por necesidad algunos sucumben; pero más indignos son aquellos que se venden al mejor postor, por los huesos o migajas que les ofrece tal o cual partido o candidato.
Si bien es cierto, estas indignas prácticas es herencia del viejo régimen PRIista (que nunca se ha ido, cambian de color de calzón), pero ha permeado en todos los partidos, no ha habido excepción. Hay quien le llama a esto “pragmatismo político”. INDIGNANTE. Con todo respeto, les llamo Nalgas Prontas, al mejor pagador.
Una de las promesas básicas de campaña de AMLO, entre otras, fue combatir la corrupción oficialista, promesa que dio esperanza a la ciudadanía, y que muchos adeptos o no a él, creímos; estos últimos le dimos el beneficio de la duda. (Fuente: Campa-García, R.H.: Mimetismo político 2018. Consumatum est. Infocajeme.com, eldigital.mx, 6 julio 2018).
Con respecto al combate de la corrupción, ningún ciudadano nos opondríamos a ello, excepto los corruptos. Pero tal parece que esto ha quedado en pura retórica de campaña política frecuente en los políticos (TODOS), que prometen y al final se hacen patos. “Te lo firmo y te lo cumplo”, decían algunos que ni firmaron y ni cumplieron. Algunos corruptos señalados por el presidente, solo ha quedado, en nuestro país, la estigmatización (aunque sea diría el presidente, pero esta estigmatización ya existe “desdendenantes” dirían en mi pueblo de la sierra). Tal parece que “el ganso se ha hecho pato”, con los presidentes y funcionarios corruptos de anteriores sexenios y actuales. Habla de cero impunidades y nada, cero acciones y nada del peso de ley. Pero que “no le vengan que la ley es la ley” (el Arco del Triunfo de París, le queda chiquito, da miedo). Las extradiciones a México del General Cienfuegos, aprehendido por los gringos y de Emilio Lozoya Austin, de España, ambos se pasean orondos en México; “como Pedro por su casa”. Jesús Ignacio Ovalle, con antecedentes de corrupción, junto con Raúl Salinas de Gortari, siendo director de CONASUPO, en el gobierno de Salinas de Gortari, (en esa Institución, “NadieSupo” de las tranzas). López Obrador, cuando Ovalle fue director del INI (Instituto Nacional Indigenista), lo llamo a colaborar con el a petición del gobernador Rovirosa de Tabasco en aquel tiempo, a solicitud del poeta Carlos Pellicer (1977). De allí aprendió la política a la mexicana.
El 2018 recién ganada la presidencia, López Obrador llama a su anterior y primer jefe que ha tenido (en la época hegemónica del PRI), a Ovalle a la dirección de SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana, antes LINCONSA), que en 2020 se detectó por la ASF un desfalco de 11 mil millones de pesos “que nadie sabe” dónde quedaron (que nadie supo, como CONASUPO), fraude mayor que la estafa maestra (7,600 millones). ¿Dónde está Ovalle y la “marmaja” ?, el ganso se hace pato.
Con Peña Nieto, es la misma historia, poco lo menciona, en comparación con Calderón quien se ha convertido en “violador de sus sueños”, que tanto acusa de que militarizó al país, en una guerra fallida contra la delincuencia. Continua esta lucha fallida y oficialmente saca al ejército de los cuarteles, pero “respetando a los delincuentes”; el gallo se ha transformado en pollito, con el Chapito. Que por cierto con sus parientes corruptos, ni con Pio, el gallo ni pio hizo.
Así, “gallardo”, en las mañaneras se dirigía al entonces presidente Donald Trump y enfrente de él, se transformaba en pollito. Lo mismo con Joe Biden. Al igual con Elon Musk, dueño de Tesla, compañía que fabrica autos eléctricos, el Ganso se convirtió en Gallo, afirmando en las mañaneras, que no daría permiso de instalar la fabrica en Monterey, Nuevo León, por falta de agua (¿creyó que la querían para lavar los autos?) a menos que la instalara en el sureste del país. El gallo ante Musk, se transforma en pollito. Ni pex. Monterrey ganó y el país.
Lo anterior son ejemplos de transformaciones de “alebrijes” mutantes. Pocos porque “se me cansa el ganso…y el gallo, ¿se harán de vistoso oropel?”. “Del dicho al hecho hay un largo trecho”
La parvada de gansos lo consideran humanista, el mismo se autonombra ¿Será porque los delincuentes asesinos, también son humanos?, sin duda ¿pero qué clase de humanoides serán? Esto me recuerda un comentario que hizo un amigo médico, en rutinario café mañanero: “cuando aprehendieron al secuestrador, Daniel Arizmendi alias “El Mochaorejas” (1998); un agente federal lo empujó con la culata del rifle, entonces el delincuente, inconforme por el maltrato, dijo – te voy a demandar a los derechos humanos. El agente le contesta, con tono chilango: Tú no eres humanos hijo de la ch… camínele caón.”
No tengo a mi querida madre, está en Santa Paz con el creador (la recuerdo a diario), pero a los que me la recuerden, por este escrito, les estoy muy agradecidos por “Adela” ... solo por leerme. Ah, y los errores corríjanme.
raulhcampag@hotmail.com @RaulHectorCamp1
