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Había andado por los estados Marcelo Ebrard, como los otros que aspiran a la candidatura de MORENA a Presidente de la República, discreto y moderado, más que difundiendo mensajes, dejando que lo vieran para que la gente lo recuerde a la hora de la verdad.
Pero este fin de semana levantó la voz y exigió a su partido (¿o al Presidente?) que se ´publique ya la convocatoria de estilo. Es cierto que faltan varios meses para que se inicie oficialmente el proceso electoral, pero en este caso, el Presidente ha dicho varias veces que no será el partido sino el pueblo el que escoja al candidato y se seleccionará al mejor mediante una encuesta.
Pero si el pueblo va a ser el actor principal en esa selección, ¿no es tiempo de explicarle el procedimiento de manera formal y clara? Como bien es sabido, “el pueblo” es una ficción que deslumbra en los discursos de los políticos, son los hombres y las mujeres quienes irán a votar y participarán en la encuesta.
El secretario de Relaciones Exteriores escogió muy bien el escenario para lanzar su exigencia: el puerto de Acapulco. Ahí tiene buena cantidad de simpatizantes y una alcaldesa que lo apoya con todos los recursos a su alcance. Debe haberle sabido a gloria el grito de la multitud: ¡Presidente! ¡Presidente!
Me permito señalar una coincidencia. A mitad de la semana anterior, expresé en mi columna que Marcelo es el menos insípido de los precandidatos morenistas. Y 48 horas después, el precandidato se le puso al brinco a su partido. Pero aseguro a los lectores, y lo repito, que fue una coincidencia. De ninguna manera fue mi intención picarle la cresta al buen Marcelo.
LA PRIMA VERA
Al finalizar el mes de febrero temí que el frío se fuera a quedar para siempre en nuestra amada tierra. No recuerdo otro invierno, en mi ya larga vida, que haya durado tanto. Por añadidura, mi calentón eléctrico se amoló, y con la esperanza de que “ésta ha de ser la última semana de frío”, seguí adelante sin el amparo de un calorcito.
Exactamente dentro de una semana llegará danzando con sus pies desnudos la Prima Vera (me place escribir la palabra separada para que se traduzca como “la primera verdad”), y con un pase mágico apresure el ritmo de la savia en los árboles y las flores y de la sangre en los seres humanos.
Habrá una buena razón para que se encienda el optimismo. El 21 es el aniversario del natalicio de Benito Juárez.
El naranjo que reina en el minijardín de mi casa se adelanta siempre al calendario: ya está cuajado de azahares.
carlosomoncada@gmail.com
