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ESCRIBO A POCAS HORAS de haber concluido el primer Librotón en El Estanquillo de las Letras. No he contado los libros recibidos en donación para la Biblioteca Cultura Sonorense, deben ser alrededor de trescientos en una jornada de cinco horas. Esta noche me dedicaré a la primera revisión y clasificación. Buen número de mis compañeros del Colectivo Horas Sonhoras, la editorial Sonora Queherida y la Asociación de Escritores de Sonora A. C. estuvieron presentes. Hubo música, bailongo improvisado, sesión para niños a cargo de Mara Yudith Abdala y el divertido monólogo del Piporrín. Luego lo cuento en detalle.
ENCANTADO TODO EL MUNDO con la presencia de Marianna González, directora general del Instituto Municipal de Cultura y Arte que nos dio aliento con breve y emotivo discurso. Llegaron estupendas monografías de miembros de la Asociación de Cronistas de Sonora, y aseguran que habrá otras. Sylvia Manríquez grabó la narrativa del Librotón y con el apoyo técnico de Guadalupe Gálvez, el dueño de sus quincenas (¿o es al revés?) difundió en las Redes los aspectos sobresalientes. El carismático Moisés Bloomenkron anuncia un Librotón más para el 19 de marzo, con agregado de bazar, en su paraíso de pambazos veracruzanos con sede en el bulevar Luis Encinas. La profesora Blanca Rosa López, orgullosa, y con razón, de estrenar libro sobre su tierra, Tónichi y sus 400 años de fundación. Lleva en el sombrero grabado el lapso 1622-2022.
EL DRAMATURGO DANIEL Serrano, dos veces triunfador en el Concurso del Libro Sonorense, presentó el viernes, en la Sala de Arte del Instituto Sonorense de Cultura, “Rutas diversas”, una selección de sus obras. Y el sábado montó una de ellas, “Roma. Al final de la vía”, que disfruté en noviembre de 2018 bajo la sabia dirección de Arturo Velázquez y la actuación extraordinaria de las actrices Guadalupe Geen Manrique y Ángeles F. Cancio González. Serrano convivió aquí con sus iguales, los dramaturgos sonorenses. Me habría gustado que uno de ellos le contara que en mi libro “Ópera y Teatro”, que con otros dos fueron publicados a fines del año pasado en el I Tomo de “La saga de la cultura sonorense 1831-2020”, me habría gustado, repito, que uno de esos dramaturgos le hubiera contado que incluyo en dicho libro una nota elogiosa sobre “Roma”. Pero es lógico que no lo hicieran porque ninguno ha leído mi libro. Yo supuse que les interesaría conocer la historia del género literario que cultivan. Supuse.
EN CASO DE QUE EL MAESTRO Serrano lea estas líneas, o uno de sus amigos conozca su dirección, agradeceré que me la pasen para enviarle un ejemplar de “La Saga”. De paso le ofrezco mis excusas por no haber asistido a la reposición de su obra porque, aunque conduzco de forma adecuada en el día, no confío en mi visión durante la noche y mejor no salgo. No vaya a ser que por mala suerte atropello a alguien. ¿Y qué tal si el atropellado resulta ser un dramaturgo? Lo lamentaría porque no hay muchos. De Ciudad Obregón me informan que mi amigo, el poeta y médico Rigoberto Badilla enfrenta un contratiempo de salud (carezco de más detalles). Mis votos fervientes porque lo supere cuanto antes.
REFLEXIÓN. ¿Por qué no compran mi libro “La saga de la cultura sonorense”? Cuesta 300 pesos pero contiene tres libros diferentes; separados costarian al lector 600 pesos, juntos le salen en 100 cada uno. Con sinceridad les digo que si yo no hubiera escrito esta obra y supiera que está a la venta en la Librería de la Colosio, cerca del viejo cuartel, ¡correría a comprar dos ejemplares, uno para mí y otro para regalarle luego les digo a quién.
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