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No hay como abrir el año, después de las merecidas (¿?) vacaciones con buenas noticias. La de hoy es que luego del semiayuno del año antepasado y el ayuno completo del pasado, este mes de enero volveremos a tener Festival Alfonso Ortiz Tirado en Álamos. No les doy el calendario que abarcará ni los nombres y currículos de los artistas principales, porque esos datos se entregarán hoy a los medios de comunicación en una rueda de prensa que encabezará la directora general del ISC, Lupita Beatriz Aldaco, probablemente acompañada por el presidente municipal de aquella población. Supongo que habrá recomendaciones de la Secretaría de Salud en cuanto al comportamiento del público pues los eventos serán presenciales y todavía hay que seguir cuidándose, pero esto será uno de los rubros de la información.
Siempre estará en mi memoria la lluvia molesta que cayó todos los días del FAOT, al que no le decían aún FAGOT, en enero de 1992. Pero paraba en las noches, precisamente en el horario del concierto de gala, y el público, aunque se arriesgaba a mojarse, no dejaba de asistir. El gobernador Manlio Fabio Beltrones, programado para inaugurar el Festival a las 20 horas, llegó a Álamos en avión, inauguró a las 5 de la tarde en presencia de un puñado de fieles y se devolvió de inmediato a Hermosillo pues al caer la noche habría dificultades para pilotear. También hubo problemas en enero de 1998 pues se anunció el arribo del vendaval conocido como “La niña”. El arquitecto Enrique Flores López movió camiones cargados con sacos de arena y los colocó estratégicamente para evitar, o al menos disminuir, la temida inundación… que jamás hubo. El Festival se pasó al mes de marzo y es la única ocasión, desde 1985, que el calendario ha sido alterado.
Aunque la situación económica del gobierno sigue siendo apretada, la maestra Aldaco pone en movimiento una varita mágica –que es ni más ni menos que su firme y decidida voluntad de cumplir los compromisos de la institución— y las dificultades se superan. Lo probó ya con la Feria del Libro. Claro que su decisión cuenta además con el apoyo y la confianza del gobernador Alfonso Durazo.
Lo que debe mantenernos vigilantes a todos, los que tienen niños en la escuela y a quienes no tenemos hace tiempo ninguno, es el regreso a clases presenciales en las primarias y secundarias. Hay que tomar el toro por los cuernos y arrojarse al ruedo, como lo está haciendo la Universidad de Sonora y otros centros de educación, pero cumpliendo celosamente las recomendaciones de las autoridades de Salud. Esto es fundamental, no preocuparse porque le quitaron el nombre del ex gobernador Beltrones al bulevar que une a San Carlos con la carretera internacional. De los veintitantos regidores que integran el Cabildo de Guaymas sólo hubo un voto en contra. ¿Qué se puede alegar entonces?
Cuando los panistas dominaron el gobierno en Sonora, le pusieron Manuel Clouthier, el caballero sinaloense gordo que fue candidato a la Presidencia de la República, a buena parte del bulevar que sale hacia el sur. De pronto dejaron de llamarlo así, no recuerdo cuándo ni si hubo consulta y votación en el seno del Ayuntamiento de Hermosillo. Años atrás, la calle Yucatán, que corre al costado sur de la Universidad, fue bautizada con el nombre del ex rector Norberto Aguirre Palancares, y cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio, cedieron a éste el honor y mandaron al olvido al que fue rector. Así son estas cosas y seguirán siendo, Por fortuna hay muchos otros asuntos realmente importantes en qué ocuparse.
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