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Llevo ya varias ferias del libro en mi cuenta, en lo que he vivido, no sólo de Sonora sino también de otras ciudades del país, y con conocimiento de causa les digo que ésta, la de Hermosillo, es muy buena. Carece de los adornos que suelen ponerle a otras: payasos o bailarines que andan trotando alrededor de los pabellones, musiquita para espantar el aburrimiento, etcétera, pero lo singular de la Feria actual es la variedad del acervo que se ofrece al comprador, la notable calidad de los libros y las ofertas tan bajas que apenas se puede creer. Es admirable que el Instituto Sonorense de Cultura, sin recursos económicos, haya logrado esos frutos.
Para comenzar mi recorrido por la Feria, adquirí “Verano”, tercero de los volúmenes autobiográficos del gran J. M. Coetzee, uno de mis autores favoritos. Y luego, “Nuestras raíces: en un pueblo llamado Tepache”, del ex rector Marco Antonio Valencia, con el que repongo la primera edición que me robó una bruja malvada. Lo leeré, pues, por segunda vez. Aprovecho para dar un norte a mis lectores: en el pabellón de la Universidad hay un gran lote de libros en remate (a Veinte Pesos, ¡en serio!), entre ellos los cinco volúmenes de mi “Historia General de la Universidad de Sonora”. Conste que les aviso a tiempo.
De ahí salí con “Escrito sobre el fuego” y “Semillas de yodo y sal”, dos poemarios de Laura Delia Quintero en un solo volumen, y “Abastecimiento de agua”, de María Victoria Olivarrieta Carmona, que no es novela ni poesía sino una valiosa muestra de la Colección Textos Académicos.
De Imanol Caneyada compré las novelas “Nómadas” y “Espectáculo para avestruces”; la primera fue formalmente presentada en la Feria. Igualmente, “Guerra en el paraíso” de Carlos Montemayor, a quien conocí cuando yo escribía para la Editorial Edamex, y también la trilogía de Marguerite Yourcenar “El laberinto del mundo”, que contiene la autobiografía de la famosa autora más conocida por “Las memorias de Adriano”. Tengo varias obras del psicoterapeuta Irvin D. Yalom, de quien agrego ahora “Verdugo del amor”. Yalom constituye un raro caso; es un científico de altos vuelos y escribe con la amenidad de un escritor magistral.: Finalmente (por lo que toca al domingo, pues me daré tiempo para recorrer otras veces la Feria), confieso que no tenía ningún libro de Omar Gámez Navo, pero ahora sí: “Rumor de aquellos pasos”, de la colección universitaria “Ojos de Búho”.
Aprovecho la oportunidad para invitarlos a la presentación del Tomo I de mi obra “La saga de la cultura sonorense 1831-2020”, mañana martes a las 19 horas en el callejón Velasco (entre los dos palacios). Este Tomo contiene tres libros: “Arquitectura”, “Ópera y teatro”, “Fotografía y Cine”, con la historia de cada una de esas disciplinas desde la mitad del Siglo XIX a la fecha. La Salga completa consta
de otros tres tomos con tres libros cada una, que espero saldrán a la luz el año próximo.
Y el domingo venidero presentaré un libro más, de contenido político, que se llama “Las claudicaciones de Claudia”. Con él cerrará la Editorial Sonora Queherida su participación en la Feria del Libro de Hermosillo, pues dicha presentación de hará en El Estanquillo de las Letras”, ubicado en la Plaza Zaragoza, a las siete de la tarde, Antes de que llegue ese final, habrá tiempo para otro comentario sobre la Feria.
carlosomoncada@gmail.com
