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En el noticiario de la periodista guaymense Águeda Barojas vi cómo el regidor del Ayuntamiento del puerto Manuel Villegas, de la oposición, una vez terminado el minuto de silencio que los ediles dedicaron a Marisol, la joven victimada, expresaba su desacuerdo con que se hubiera citado a sesión extraordinaria con ese fin: el de rendir tributo a la chica asesinada. Se apoyó en el reglamento de sesiones y señaló que hay asuntos de verdadera urgencia, como el de la basura y el presupuesto municipal.
Se expresó con respeto a la investidura de la alcaldesa, pero ésta lo interrumpió antes de que concluyera sin ocultar su molestia, casi enojo. Mientras el regidor, en vista del éxito no obtenido, recogía sus bártulos para abandonar el salón de sesiones.
¿Sucede lo mismo en otros o en muchos cabildos de Sonora? En mi opinión, el alcalde, como presidente del Cabildo, debe mantener la ecuanimidad, cualquiera que sea la índole del asunto que le plantean, máxime cuando lo hacen con formalidad, escuchar al quejoso, solicitar otros puntos de vista, y al final, exponer su propia posición, y si es necesario, someter a votación una conclusión. Los demás regidores no están de adorno.
Ojalá que mis camaradas periodistas de otras ciudades me contaran cómo se conducen los cabildos de sus respectivos municipios.
(Por cierto que Águeda había prometido indicar a las personas que la combaten, y en especial a un tipo, pero el tiempo se agotó sin que lo hiciera).
LAS PREGUNTAS ESTÉRILES
En la mañanera de ayer, una periodista le preguntó al Presidente qué es lo que distingue a su gobierno de otros que ha tenido México. O es una mujer que acaba de estrenarse como asistente a una mañanera, o ha asistido en otras ocasiones pero se ha echado sueñitos mientras AMLO disertaba sobre su tesis favorita que cuando se escriba en el libro de Guiness podrá llamarse “No somos como los otros” o “No nos confundan”.
El Presidente, desde luego, bateó con facilidad y gusto la bola recta y empleó unos quince minutos en repetir lo que ha dicho docenas de veces: en primer lugar, nosotros no somos corruptos… no mandamos el dinero para obras a los gobiernos, lo entregamos de manera directa a la gente para que la gente lo maneje… como en las escuelas, le damos el dinero a las sociedades de padres… por eso en Oaxaca
el pueblo decide qué obras necesitan, y ellos mismos las hacen y hasta sobra dinero…
La pregunta es estéril, como otras que el Presidente ha pasado, repasado y vuelta a repasar y hacen aburrida la mañanera. Los que permanecemos fieles a las mañaneras con la esperanza de atrapar una declaración importante, un anuncio especial del presidente, un tema para esta columna, solicitamos atentamente a los periodistas que interrogan que afinen la puntería. Con preguntas como la que se comenta le caerán muy bien a AMLO, pero a los televidentes, no.
carlosomoncada@gmail.com
