|
Cuando terminé la Preparatoria, hace como setecientos años, no era difícil escoger carrera profesional porque había pocas opciones. ¿Quieres ser doctor (médico, no había doctorados), licenciado (abogado, y ya), ingeniero (civil o topógrafo), arquitecto o profesor? Con la práctica de cualquier profesión podías vivir con desahogo, comprar casa, etcétera. De pronto las opciones se dispararon y ahora es difícil escoger porque son muchas las licenciaturas, muchas las ingenierías, muchas las ramas del arte, etcétera. Y el número y la diversidad de carreras, al traducirse en competencia, limitan el ingreso.
Pero he aquí que se abre una nueva posibilidad de tener un sueldo decoroso y deja tiempo para dedicarse a una segunda actividad. Mi viejo amigo David Figueroa Ortega (nuestra amistad es vieja, él se conserva joven) comenta en las Redes que acaba de recibir su primer pago como regidor del Ayuntamiento de Hermosillo. Se trata de un cheque por 3 mil 714 pesos con 70 centavos por concepto de sueldo base, y otro cheque por 13 mil 18 pesos con 35 pesos. Un regidor percibe cada mes en números cerrados 17 mil pesos que es bastante más de lo que monta mi pensión de universitario retirado.
El regidor se encarga de ciertos asuntos del Municipio pero sin obligación de horario como los demás funcionarios y empleados, de manera que puede procurarse otra chamba, abrir un negocio, irse al café con los cuates. No está nada mal.
Seguramente el lector ya advirtió que la “compensación” es cuatro veces mayor que el sueldo base, cuando lo razonable es que el sueldo base dé la cantidad más elevada. No sé desde cuándo (sospecho que desde siempre) se ha hecho trampa con el pago a los burócratas reduciendo el sueldo base y ofreciéndoles con otro nombre (en este caso, el de “compensación”), o puede ser bono la tajada más rica del pastel a fin de que pague menos impuestos.
Al mismo tiempo que leía el mensaje de David, se produjo una declaración del director general del ISSSTESon, que se relaciona con las operaciones chuecas. Dijo el funcionario, a quien se le notan las ganas de corregir las graves carencias que le dejaron (y ojalá le den ganas también de sancionarlas), que se pagaría con puntualidad al 92% de los pensionados y jubilados (lo que, efectivamente, se hizo ayer) porque no alcanzó el dinero para los que reciben pensiones entre 44 mil a 200 mil pesos.
¿Qué maldito y cínico atropello es éste? El grupo de privilegiados recibe cada año una fortuna gracias a que, cuando tuvieron poder, arreglaron las cosas para que no se las cambiaran ni con los juicios de Amparo. Sólo falta que las enormes pensiones pasen a sus hijos y nietos en herencia. Enderezar torcidos procedimientos sería alborotar la bitachera, es más fácil irla pasando. Pero confiamos en que llegará un día un valiente que se ponga a barrer la casa. Merecemos respirar ambientes aires no contaminados
carlosomoncada@gmail.com
