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Ahora que todos los días protestan, como lo ordena la Constitución, tantos nuevos funcionarios estatales y municipales, presidentes de comités, etcétera, y que han llegado a decir en los medios que Fulano “tomó protesta” y otras formas aventuradas, ¿qué tal si examinamos el uso de la palabra “protesta”?
Los diccionarios comunes no dan luz sobre el significado del término más allá de relacionarlo con quejarse de algo, como los vecinos protestan porque no pasa el carro de la basura o protesta el ciudadano golpeado por el policía abusivo, o protesta todo el mundo por el aumento de los precios. Algunos recordarán que se protesta una letra o un cheque en el mundo de los negocios. Pero es el sabio Diccionario de la Real Academia Española el que nos ilustra sobre el significado de la palabra en el ámbito jurídico y político:
“Declarar el ánimo que uno tiene en orden a ejecutar una cosa”. “Promesa con aseveración o atestación de ejecutar una cosa”. Eso es lo que hace quien tiende el brazo derecho y protesta, esto es, promete realizar bien la misión que le están encomendando. No hay por qué decir, por tanto, que Fulano tomó “protesta”, sino simplemente que protestó o bien, como yo lo prefiero, otorgó la protesta (la promesa, pues).
Y en el vértigo de estas protestas se han dicho y se siguen diciendo cosas peores. Un columnista dijo, luego de que vio a Alfonso Durazo que tendía el brazo para exclamar “¡Sí, protesto!” que el nuevo gobernador había jurado guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, etc.
Eso de jurar es válido en otro mundo, el de las religiones, o entre los cuates cuando no le creen a uno lo que afirma, pero ni la Constitución General ni las Constituciones de las entidades federativas exigen el juramento. No la amuelen.
AMLO, CAMPEÓN DE LOS “VIVA!”
Cuando menos desde el presidente Luis Echeverría (1970-1976), los mandatarios le han agregado un Viva! a la lista de héroes que tradicionalmente se mencionaban la noche del Grito. Echeverría agregó un viva por los pueblos del Tercer Mundo. Y Presidente hubo, no recuerdo cuál, que sacó del olvido a uno de los insurgentes modestos que no se solía mencionar.
Pero el presidente AMLO superó a todos sus antecesores ya que echó veinte Vivas! a diversas personas o instituciones o virtudes. Hubo, por ejemplo un “¡Viva la honestidad!” Y como el ¡Viva México! se repite por costumbre tres veces, al final, en realidad el total fue de veintidós Vivas!. No hacen daño, ´más vale que sobren Vivas y no que falten.
Algún día, cuando se afine más el gusto del pueblo y se extienda la admiración por la belleza, habrá un Presidente que luego de rendir homenaje a los héroes, agregue: “¡Vivan las mujeres hermosas!, ¡Vivan las damas de augusta presencia! ¡Viva la coquetería de las adolescentes y jóvenes mujeres!” Y si para entonces ya me fui al otro mundo, de alguna manera me haré escuchar al decir, con voz cavernosa: ¡VIVAN!
carlosomoncada@gmail.com.
