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Luego de que los morenistas gastaron suela y saliva para promover una consulta que nació muerta, vamos a ver si con ese ahínco y fervor se aplican en el proceso entrega-recepción en los municipios donde seguirán como gobierno.
Porque si hacemos memoria, la administración de Sergio Pablo Mariscal simplemente no le hizo ni cosquillas al cuestionado gobierno de Faustino Félix Chávez (a lo que más se atrevieron fue cortarle el agua por el adeudo de una vivienda).
Y cómo se iba atrever a investigarlo el ex director de Itesca si fue empleado de los gobiernos priistas del becado Rogelio Díaz Brown y la medallista de oro en la entrega de notarías al vapor, la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano.
Vamos a ver si el Javier Lamarque Cano rompe el pacto de impunidad y no ocupe de una consulta para ir a fondo e investigar el desorden administrativo-financiero que va heredar en paramunicipales, como el Oomapasc y la Central Camionera.
Si en algo coinciden los gobiernos de Morena, que no necesariamente de izquierda, es la ausencia de autocrítica en la gestión y por lo mismo, la voluntad de corregir a tiempo, pero siempre con la consigna de culpar al pasado de sus yerros.
Morena repite como partido en Cajeme, pese al gobierno fallido de Mariscal Alvarado y la lánguida campaña de Lamarque, cuyo apoyo electoral provino de las pensiones y becas del gobierno federal frente a una oposición incompetente.
Tras la euforia causada por el sorpresivo triunfo en lo local de la alianza Juntos Haremos Historia en 2018, Martín Mungarro Garibay con una amplia experiencia en gobierno, elaboró un texto donde aborda los retos y los riesgos del provenir.
Rescato uno de sus párrafos por su vigencia y trascendencia y que a decir del autor de “Reflexiones sobre el triunfo de la izquierda en Sonora”, era (y es) el principal reto a vencer de los entonces alcaldes electos de ayer y de hoy.
“Lograr un relevo aceptable, acorde a la oferta presentada a la ciudadanía, pasa por la dificultad del pobre nivel de democracia institucional en el ámbito municipal, por lo que la efectividad del relevo depende muchísimo de la visión y voluntad política, la capacidad gerencial y sobre todo la capacidad de gestionar posibles conflictos de interés del presidente electo al seleccionar a sus futuros colaboradores, lo que históricamente se ha hecho sin contar con un riguroso diagnóstico de la administración municipal”.
Y entre otras cosas, Mungarro Garibay proponía: “Que Morena gestione apoyo para la impartición de un curso-taller sobre el proceso de planeación-programación-presupuestación municipal dirigido al Ayuntamiento entrante, y que sirva de base para la formulación de un plan de los cien días factible, es decir realista, y que siente las bases metodológicas para la formulación del Plan Municipal de Desarrollo (2019-2021) y los Programas Operativos Anuales (POA) 2019”.
Yo agregaría otro sobre cultura de la legalidad porque dicen cada ocurrencia en las sesiones de Cabildo y el Congreso, que dan pena ajena. Ahí deberían enfocarse: en formar cuadros para la construcción de ciudadanía no gobiernos de fantasía.
Eso sí sería una verdadera transformación social y no la simulación en que navegan los gobierno de la autollamada 4T. Dejo para los interesados el enlace del citado (y recomendado) texto para quienes tengan interés de consultarlo.
https://www.infocajeme.com/opinion/2018/07/reflexiones-sobre-el-triunfo-de-la-izquierda-en-sonora/
