|
Cuando nació Lupita Beatriz Aldaco Encinas se dieron cita los genios buenos alrededor de su cuna y anunciaron su augurio: que como la bebé había arribado a un armonioso hogar, su existencia sería una afortunada cadena de armonías.
La predicción se cumplió en la niña graciosa y linda de los primeros años. Y en la adolescente hermosa de privilegiada inteligencia. Y en la mujer preciosa, cultivada, que avanza sin cesar, sube peldaños, deshace nudos, construye y difunde la cultura con generosidad. La Literatura es su fuerte, y en ese campo, la investigación, la crítica y la creación. Pero no desdeña los demás campos del Arte.
¿Cuándo sonó la nota discordante?
Perder a los miembros de la familia es doloroso pero sobre el entramado de cierta lógica implacable asoma una explicación. Pero ¿por qué una operación de cerebro en ella misma? ¿Y por qué la prolongada hospitalización de un hijo? Beatriz es una mujer valiente. No se inclina al primer golpe. Dio la cara sin temor a los dos problemas y salió de ellos más sabia y más bella.
Y con su nueva sabiduría volvió los ojos a una inquietud que se le había encendido de años atrás: la preocupación por los problemas de la gente observada desde la atalaya de la Política (con mayúscula). Y precisamente ahora reaparece el sufrimiento.
En la semana que termina detalló con valor y claridad el martirio que soporta su cuerpo en cada sesión de quimioterapia recetada, oh ironía, para sanar su cuerpo; los estados de ánimo que la poseen y que la llevan del pesimismo a la esperanza, su propósito de persistir, su hermoso pelo rubio perdido por el tratamiento y su naturaleza guerrera fortalecida por la misma causa.
Los mensajes de amigos se han ido acumulado al pie de su mensaje, de amigos que la conocen personalmente y de centenares de amigos que la conocen sólo a través de sus escritos y que la admiran. Ayer apareció el mensaje de un mexicano que algo sabe de arte de nadar contra la corriente:
Para Beatriz Aldaco.
Estoy leyendo el texto sobre tu estado de salud. Tu prosa es magistral, eres genial y de alma buena; por eso deseo que sanes pronto. ¡Ánimo! Te queremos. ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Yo también, desde una trinchera más modesta, hago votos fervientes porque sane pronto mi amada amiga.
carlosomoncada@gmail.com
