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La frase que utilizo de título la dijo ayer, en la Mañanera, el Presidente de la República, y me sirve para afirmar, ante todos los tontos y amargados de México, que la consulta popular fue un éxito. Los amargados y los tontos amanecieron riéndose solos (como tontos que son) porque los votos del Sí “solamente” pasaron de Siete Millones.
¿Pero Siete Millones de ciudadanos que piden que se investigue la corrupción de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, son pocos? Es como si todos los ciudadanos (los que tienen de 21 años en adelante) de Sonora, Baja California Sur, Baja California y Sinaloa, y tal vez más, se juntaran para denunciarlos.
A un mexicano o mexicana decente le preocupa y le indigna que UNA PERSONA ponga en duda su honorabilidad, UNA PERSONA. Y los desvergonzados de Fox y Calderón, dice la prensa de ayer, se burlaban de que “solamente” siete millones de mexicanos escribieron SI en las boletas. En su descaro infinito no advierten que el NO (que no los investiguen) apenas pasó de cien. Ciento y pico de votos por los ex presidentes corruptos y más de siete millones en contra.
La consulta popular fue un éxito, números aparte, por otras razones:
Primera, porque se llevó al cabo, porque por primera ocasión se nos consultó a los ciudadanos, por mandato constitucional y con el aval de la Suprema Corte de Justicia, la solución;
Segunda, porque pudimos advertir, mediante conversaciones personales, pero principalmente a través de las opiniones que aparecen en las Redes, la gran cantidad de hombres y mujeres inteligentes, patriotas, que utilizaron con sensatez este nuevo instrumento democrático; muchos de ellos no sólo informaron que irían a votar, sino exhortaron a conocidos y desconocidos que participaran también;
Tercera, porque en la misma forma descubrimos cuántos que considerábamos equilibrados y sensatos, son tontos o amargados -o ambas cosas- y nadan en boberías (este descubrimiento es triste, ojalá reflexionen, no se resignen a ser tontos siempre sólo porque otros tontos les festejan).
Hay factores objetivos que impidieron que más ciudadanos fueran a votar: las insuficientes mesas instaladas, la falta de mesas especiales para los ciudadanos que van en tránsito, el terror que cunde ante la versión Delta del virus y otros. Pero en este comentario no los sacamos a colación. Mi intención es que coloquemos las insensateces de los tontos bajo la lupa de la lógica, y únicamente haciendo uso del razonamientos, les demos su justo lugar: el cesto de la basura.
Tenemos un Presidente de la República excepcional. No roba ni deja robar. Hace rendir el presupuesto. Apoya a los grupos desamparados. Empuja a los miembros de su gabinete con su ejemplo. ¿Por qué no imitarlo también nosotros, cada uno en su modesta parcela de actividad?
carlosomoncada@gmail.com
