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Más allá de las obras, los anuncios y el ponche al presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que más trascendió en la reciente gira del mandatario federal por Sonora fue la foto del abrazo con la gobernadora Claudia Pavlovich y de testigo nada menos que el gobernador electo, Alfonso Durazo.
La gráfica se interpretó como una carta de impunidad para el gobierno de Claudia Pavlovich, involucrado por el caso de la Estafa Maestra, donde se utilizó a Telemax para desviar de 267 millones de pesos del erario. Un símil del “No te preocupes, Rosario” de Enrique Peña Nieto a su entonces secretaria de Desarrollo Social.
Pero eso no impidió de llenar de halagos en San Luis Río Colorado a Pavlovich, muy proclive a la disciplina servil priista que mucho valora AMLO, tanto como pedir moches por la gestión de proyecto productivos (que Carlos se ponga guapo), práctica que tanto condena el tabasqueño. Una especie de bipolaridad presidencial.
“Mi agradecimiento a la gobernadora Claudia Pavlovich porque siempre nos hemos entendido, independientemente de las banderías partidistas, nos ha tocado gobernar y hemos actuado de común acuerdo, poniendo por delante el interés del pueblo de Sonora, el interés del pueblo de México. Claudia se ha portado a la altura de las circunstancias. En una mujer con principios, trabajadora…una mujer honesta”.
De ese tamaño los excesos verbales de López Obrador hacia quien prometió en campaña un gobierno honesto y eficaz (El chiste se cuenta solo). Aunque hay que decirlo, también hubo halagos en otras giras, como pago de que Pavlovich no se sumó a otros gobernadores que exigían una convención hacendaria.
¿Será parte de un acuerdo para que la priista disfrute su séptimo año y los venideros, pese al “descontón” legislativo de agosto de 2018, cuando en lo oscurito los diputados reformaron la Constitución de Sonora para blindar a la mandataria estatal, pese a las advertencias del hoy gobernador electo?
No por nada Alfonso Durazo prácticamente ya tomó el timón del estado, que inclusive lo subieron al templete en la gira presidencial, ya que la primera gobernadora empieza a eclipsarse, pues al parecer su padrino político la dejó en la orfandad, por lo que hasta se especula que pudiera cambiar de marca.
¿Gatopardismo en el horizonte de Sonora? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la locomotora de la 4T ya encendió los motores, pero sobre todo, los reflectores.
