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El triunfo indiscutible de Alfonso Durazo es venturoso para todos. Sólo señalo dos de las varias razones importantes: primera, porque no ganaron el PRI y el PAN y eso facilita clausurar el pasado; segunda, porque al darse el cambio en Sonora precisamente cuando a López Obrador le falta la mitad de su mandato, permite preparar toda una entidad federativa (añadiendo los otros estados en que también se impuso MORENA) para continuar y ampliar la Cuarta Transformación sin que perjudique, en su momento, la ausencia de AMLO. Esta finalidad no tiene reversa.
El gobernador Durazo contará además con un Congreso mayoritariamente morenista, lo que le facilitará la aprobación de las leyes y decretos necesarios para introducir cambios sustanciosos en la administración.
Es curioso que la derrota registrada en Hermosillo es venturosa para MORENA, no porque haya ganado Antonio Astiazarán, cuyos méritos no me parecen nada del otro mundo, sino porque fracasó Célida López en su intento de reelección. En otro lugar hurgaré en los motivos que el candidato o la dirección de MORENA tuvo para incurrir en el grave error de postularla, teniendo a la mano al menos dos elementos que hubieran ganado con desahogo la posición. De momento, y como le decían a Padrés en su tiempo, lo bueno es que ya se va.
El descalabro que ha sufrido el PRI es tan contundente, que muchos de sus viejos miembros deberán pensar en la jubilación política. Me adelanto demasiado a hacer augurios, pero desde que Oscar Mayoral hizo notar que carece Hermosillo de una sala de música (así como hay un teatro para la danza y salas para cine y conferencias), el monumental edificio del PRI cuenta con espacios que, debidamente acondicionados, responderían a esa carencia. Claro que habría que contar con la generosidad de quienes queden encargados de administrar los restos del que fue “invencible”.
Finalmente, observo que se generalizó la opinión de que la jornada electoral se distinguió por haber transcurrido en paz. Una paz aparente, me atrevo a corregir, pues no hay noticia de que se haya avanzado en la aclaración del asesinato de Abel Murrieta Gutiérrez.
RELACIONES CON EL NUEVO GOBIERNO.
Ayer debió celebrarse, aunque no vi que alguien lo hiciera, el Día de la Libertad de Prensa. De la libertad de expresión, dicen algunos, aunque éste es un concepto más amplio.
La cobertura informativa de las elecciones nos permitió ver en acción a un nutrido grupo de reporteros, sobre todo de medios electrónicos, en el cumplimiento eficaz e imparcial de esa tarea. Vale la pena que los comunicadores, al margen de la conveniencia de los empresarios para quienes laboran, piensen en una relación con el próximo gobierno que conduzca a la dignificación del periodismo.
Otro tanto habría que decir del sector cultural. Una porción del mismo se anticipó a dialogar con el candidato que fue derrotado. No hay más remedio que romper los apuntes que pudieron haber redactado en esa oportunidad, y replantear los temas a quienes se ocuparán, eso deseamos, de consolidar la cultura sonorense y de abrir fuentes de empleo para los profesionales que se ocupan de ella.
Carlosomoncada@gmail.com
