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Salvo los políticos conchudos que aguardan el regalo de una diputación plurinominal sin el trabajo de hacer campaña para ganarla, la inmensa mayoría de los ciudadanos están de acuerdo en que se supriman las pluris en ambas cámaras, primero, porque los principios de representatividad que les dieron origen ya no operan, y segundo, porque el Erario se ahorraría cada año miles de millones de pesos.
Desde luego, habrá que suprimir las senadurías pluris, y en este caso con más razón porque los senadores, según la teoría Constitucional, no representan a los ciudadanos sino a las entidades federativas. Y ya estando en esa onda, se habrán de eliminar los diputados locales y los regidores plurinominales.
Frente a estas posibilidades que, de aprobarse, serían recibidas con el fuerte y convencido aplauso de los mexicanos, ha surgido una postura que propone no sólo maquillar las normas electorales, sino meterle bisturí de plano al Instituto Nacional Electoral y extirparle los tumores que lo han convertido en una monstruosidad al servicio personal de los consejeros y de quienes los manejan.
Y ahí habría otro bonche de miles de millones de pesos de ahorro pues, como se sabe, los consejeros ganan más que el Presidente de la República. Eso, por lo que toca al ingreso oficial. No se conoce lo que ganan por hacer eco a la política de los conservadores contra el partido del Presidente.
Ahora que los ánimos, exacerbados por las campañas electorales que tuvieron lugar en quince entidades federativas, tienden a calmarse, ojalá que los legisladores federales le entren al estudio de las reformas pertinentes, antes de que las olas se agiten de nuevo.
¡FE EN EL ALCALDE DE HERMOSILLO!
La amenaza que se cierne sobre los habitantes de Sonora es enorme. Falta agua y podría agudizarse la carencia a tal grado de que faltara el agua para beber. La situación ha de ser de grado variable para los municipios, según su ubicación geográfica, pero es indudable que para Cajeme, Hermosillo y las regiones desérticas se ve peligrosa.
En Hermosillo le han dejado el difícil paquete de informar a los técnicos del organismo operador del servicio, aunque sería más tranquilizador (en el caso de que haya elementos para tranquilizarse) si lo hiciera personalmente el presidente municipal interino.
Su función no debe limitarse a mantenerle a buena temperatura el sillón a la alcaldesa con licencia, que como puede que vuelva, puede que no vuelva. Está ahí para tomar decisiones cualquiera que sea la dimensión y la complejidad del problema de que se trate.
Confiemos en que se esté dedicando en estos días a estudiar opciones con miras a dar agua al Municipio y de que de pronto nos sorprenda con la solución. Eso le podría dar fuerza y rumbo personal a su futuro político. ¡Tengámosle fe al señor alcalde!
carlosomoncada@gmail.com
