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NAMAKASIA
En su edición de ayer, “Excelsior” dio a conocer cuatro encuestas hechas por cuatro empresas de prestigio, sobre la competencia electoral para gobernador de Sonora, las cuatro favorables para Alfonso Durazo. Promediados los resultados quedó en claro que estaba, está, 12 puntos y unas décimas por encima del Borrego.
Pero, de acuerdo con las técnicas corrientes y mendaces que se ponen en juego para ayudar al que va abajo, hace varios días que algunos columnistas propalan que hay empate entre los dos candidatos. Es aberrante la facilidad con que mienten e inventan falsedades, con la esperanza de despertar ánimos y jalar votos.
En una pelea de box o de lucha libre, el árbitro amonesta al tramposo que le pica los ojos al rival, y me parece que esa trampa reprobable es equivalente a esto de las encuestas falsas.
Escribo mi columna una hora antes de que comience el debate y me preparo para escuchar y leer, una vez que termine, más sandeces sobre el presunto ganador. Sé que cada uno de los tres candidatos importantes, como se hace cada seis años, está listo para recorrer el centro de Hermosillo (y de otras ciudades importantes), vitoreando al gallo de sus simpatías, aunque haya hecho el ridículo.
Por algunos minutos, sopesé la posibilidad de retardar mi columna, previo aviso a mis compañeros de redacción, para dedicarla a enjuiciar el debate, y la descarté. ¿Por qué voy a cambiar mi horario de trabajo, en perjuicio de otros proyectos personales en desarrollo, si estos debates no me emocionan en absoluto ni creo que sean decisivos para determinar un triunfo?
Ya veré con calma después la repetición de pasajes importantes, y hasta eso, es probable que los vea, no seguro, no me comprometo.
Una mentira contra Célida
Para que el Lector pueda imaginar cuán enfermo me encuentro por las mentiras, confieso que me molesta una levantada contra Célida López. Dos candidatos a la presidencia municipal subrayan que Hermosillo es “la capital de los baches” y que por donde van esos candidatos los llenan de quejas porque nada hizo la señora citada durante su gobierno.
Es cierto que los baches abundan, pero no deben ocultar que se pavimentaron algunas de las calles y avenidas importantes y el problema, aunque prevalece, en
buena medida ha decrecido. Por tanto, deberían abonarle algo a la aspirante a reelegirse.
Pongo como ejemplo la calle Aburto, que toca gran parte de mi colonia. Quedó como nueva y no se ven deterioros como en otras vías en las que deben haber utilizado materiales baratos.
No es para darle el voto a doña Célida, ¡esto de ninguna manera! Pero dejó tantos problemas sin tocar y cometió tantos errores, que no vale la pena mentir a medias para minar sus pretensiones.
carlosomoncada@gmail.com
