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NAMAKASIA
DE QUE LOS DIPUTADOS tienen buenas puntadas, las tienen; otra cosa es que sean útiles. El hecho es que aprobaron en comisión que se elabore un catálogo cultural como herramienta, ellos lo dijeron, para incrementar la industria del turismo. En consecuencia, añadieron, habrá que reformar la Ley del Patrimonio Cultural y la Ley del Turismo. Están a menos de cinco meses de entregar sus cargos a quienes resulten electos en junio. ¿Suponen que un buen catálogo de bienes culturales se elabora en un fin de semana? Un buen catálogo, he dicho; un catálogo para salir del paso se lo echa cualquiera de los dos o tres dueños de imprenta que ya han de estarse frotando las manos para hacerlo con buen papel, grandes fotografías a color, bien caro, pues, aunque quién sabe cuál será el contenido.
POR OTRA PARTE, RESULTA inexplicable que se le quiera dar obligatoriedad de ley o decreto a un asunto administrativo que compete a la Dirección de Turismo a la Dirección del Instituto Sonorense de Cultura, depende de la dependencia que se quede con la pelota, que no creo que alguna la reclame. No hay presupuesto, señores. Y si se da la concesión a uno de los dueños de imprenta mencionados y pide tiempo para vender publicidad, sentémonos todos a esperar qué dispone la próxima Legislatura. Y no menciono lo fundamental: ¿dónde están los expertos que determinarán cuáles serán los bienes culturales que comprenda el catálogo, y cuánto les pagarán?
COMENTÉ HACE VARIOS días que los artistas sonorenses no habían dejado de estar presentes mediante videos y técnicas virtuales, menos los teatreros, sin duda por las dificultades específicas que ofrece su actividad. Pero como ya comenzamos a cobrar ánimos con la reciente ola de vacunación, precisamente el fin de semana que acaba de pasar se puso en marcha el programa “Teatro sobre ruedas”. La Cachimba teatro (Roberto Corella y Paquita Esquer) y el IMCA (Diana Reyes), con el apoyo de cinco compañías locales, están ofreciendo 18 funciones gratuitas a comunidades del Municipio. Se presentarán los fines de semana de abril y mayo y harán las visitas en carromatos. A lo gitano, pues, o para que suene mejor: a lo García Lorca.
TAMBIÉN HAY ÁNIMOS para realizar eventos culturales con procedimiento combinado, es decir, se trasmiten virtualmente pero es posible la asistencia presencial. Casa Madrid se lanzó al ruedo con la presentación de una enciclopedia geográfica del jazz. Y Andamios Teatro entiendo que reanudará su trabajo siempre aplaudido por el mismo camino. ¿Quién más se apunta?
¿RECUERDAN, LECTORES, cómo a estas alturas de abril, durante 28 no lejanos años, andábamos ya alborotados con la inminente (y eminente) celebración de “Un desierto para la danza”? Parece que fue ayer. Ahora no se podrá porque los protocolos sanitarios siguen vigentes, ni virtualmente como el año pasado, porque la declaración de pobreza y ruina emitida por el Instituto Sonorense de Cultura el pasado 4 de marzo, está asimismo vigente. Ni modo. Ahí será en otro sexenio.
(Abril me trae recuerdos muy tristes y recuerdos hermosos. El más triste es la pérdida de mi padre cuando yo tenía 22 años. Los hermosos están ligados con la Universidad de Sonora: el premio del concurso de poesía en honor de la reina Beatriz Eugenia Montijo (¡nada menos que Cien Pesos y medalla) y, muchos años después, mi graduación como Licenciado en Derecho. Y un recuerdo especial: el cumpleaños número (esto queda entre nosotros) de mi hijo Alberto, conocido por el alias familiar “El Fiñe”, que va que vuela, aunque no ha llegado, hacia los sesenta).
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