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Este 8M 2021, como siempre se vio lo mediático. Y las propuestas que si tienen los movimientos feministas se perdieron entre las imágenes de violencia, el muro de la paz, la ignominia o la memoria, entre los infiltrados neoliberales oportunistas y los gases si lacrimógenos o no y de dónde venían.
La administración de AMLO, curiosamente no tiene contrapesos ni en el Poder Legislativo y al parecer, ni en el Judicial; y sin embargo, en el anonimato de la redes sociales, memes y feck news, está plagado de coraje, de insultos y de fantasías terroríficas para infundir miedo, con referentes más que ingenuos, ignorantes, del comunismo, las expropiaciones del patrimonio familiar, la destrucción de las iglesias y la guillotina a periodistas.
Los motivos de agravio y enojo de las mujeres, son las que ocuparon el centro de la pantalla de palacio: MEXICO FEMENICIDA y UN VIOLADOR NO SERA GOBERNADOR. Fraseos que sintetizan las agresiones extremas que han sufrido las mujeres, cruzadas con las desigualdades estructurales de discriminación, pobreza, regateo derechos a salud, educación, equidad laboral, etc. Realidades que tienen que ver con la situación desesperante y urgente que reclama justicia, cero tolerancia y término de la impunidad.
Podemos aceptar estas como las demandas urgentes e inmediatas que su atención no puede postergarse, menos incrementarse como viene sucediendo con el paso de los días.
Sin embargo, se dieron en contextos reflexivos y de diálogo, propuestas de fondo y largo plazo, que tiene que ver con el diseño profundo de políticas de estado, que ponga en el centro un sistema universal e integral de cuidados de todas las personas, en las distintas etapas y situaciones de la vida y obviamente en un proceso de construcción participativo, particularmente de las mujeres, por ser la población mayoritaria y por ser el sujeto histórico en quien ha recaído, como si fuera parte esencial de la femineidad, la tarea del cuidado de la casa, con las tareas que conlleva, el aseo, el orden, la cocina; proporcionar el cuidado a los hermanos, a los hijos, a los padres, a los abuelos. No sólo en la familia, sino también en la sociedad se le ha asignado el cuidado profesional de ser educadoras, enfermeras, afanadoras, psicólogas, trabajadoras sociales y con una remuneración desigual a la de los hombres.
Con un enfoque estructural, de fondo y a largo plazo, después de la crisis de la pandemia del Covid 19, la propuesta de un movimiento social mayoritario, el de las mujeres, adquiere relevancia no solo por el sentido coyuntural y estructural, sino porque puede ser la salida más viable a la crisis de salud, económica y política, en cuanto ausencia de actores políticos con fuerza y credibilidad, para salir de la crisis post pandemia.
Propuesta que avalan organismos internacionales: ” Los sistemas integrales de cuidados pueden convertirse en un verdadero motor de la recuperación socioeconómica de la región que no deje a nadie atrás, subrayaron Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y María-Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe”.
En palabras de la activista feminista Paula Sofía: “No habrá ni cuarta, ni quinta, ni ninguna transformación sin la mujeres.”
Esperemos que sin ser alcancía, nos caiga el 20.
