|
NAMAKASIA
En la Mañanera de ayer, el presidente AMLO anunció que en la semana que comenzará el próximo día 15 llegará la vacuna en cantidad suficiente para aplicarla a quienes aguardan la segunda dosis, y continuarán los envíos regulares. Puso a la vista de los reporteros el oficio con que la fábrica de dicha vacuna se excusa por el retardo (debido a que ampliaba sus instalaciones para incrementar la producción). Adicionalmente, a partir de este domingo que viene arribarán docenas de miles de dosis de laboratorios de la India.
Los que tienen por misión en la vida la de criticar y burlarse de cuanto hace y dice López Obrador, en cuanto se detuvo la recepción de vacuna, pregonaron que el programa del gobierno federal había fracasado.
Aunque no confiesen su equivocación, en silencio, en lo íntimo, será saludable que comparen cómo se conduce en la crisis este Presidente y cómo habrían actuado sus antecesores. Esta administración ha parado en muchos frentes la corrupción y ha ahorrado, le ha ajustado cuentas a privilegiados de otros gobiernos que no pagaban impuestos, ha eliminado aviones y helicópteros, lujos, gastos superfluos, y como resultado, cuenta con los recursos suficientes para pagar los necesarios millones de vacunas sin endrogar a la Nación con préstamos externos y garantiza la aplicación gratuita.
Mandatarios como Fox o Calderón o Peña Nieto ya habrían gestionado enormes empréstitos con bancos mundiales y estarían negociando en complicidad con grandes laboratorios y farmacias para encarecer la vacuna y hacer millonarios negocios. Al mismo tiempo, los López Dóriga y demás fauna estarían dedicados a convencer a la gente de que si hubo, digamos, 300 mil muertos, gracias a los empeños del gobierno que los chayotea, no llegaron a 500 mil las víctimas.
A medida que avanza la cruzada contra la pandemia y se van deshaciendo las falsedades perversas de esos cuya obsesión es renegar de todo lo que hace AMLO, he esperado, que al menos uno de ellos tenga la humildad de confesar su error. Reconocer la equivocación no amerita largos discursos; sería suficiente pronunciar una de estas frases:
“La regué, lo reconozco, ni hablar”. O bien: “No ataqué de mala fe, simplemente no trago al Peje y me es muy difícil reconocerle un acierto, pero es verdad: me calló el hocico”; o bien, la expresión más corta: “Soy un pendejo”.
EN DESVENTAJA PARA LA REELECCIÓN
La gente cree que los presidentes municipales y los diputados que quieren reelegirse tienen ventaja sobre los otros que aspiran al cargo porque cuentan con funcionarios de prensa que les hacen propaganda gratuita mediante boletines. Yo considero que son más las desventajas: primero, porque algunos ya enseñaron el cobre, porque nadie que desempeñe un cargo público está exento de cometer errores, y porque si no los comete, se los inventan. En suma, tienen cola que les pisen.
Por lo que toca a los diputados, además, es frecuente escuchar que Fulano o Perengana no hicieron nada, aunque haya cumplido sus obligaciones, porque la inmensa mayoría de los ciudadanos no tiene noción clara de lo que hace un diputado, y busca una escuela, una obra de pavimentación o un parque que haya construido, y no lo encuentra, porque las obras materiales no le corresponden al legislador. Pero el poder es canijo. Alcaldes y diputados harán cualquier cosa con tal de repetir.
carlosomoncada@gmail.com
