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NAMAKASIA
El candidato a Rector de nuestra Universidad, doctor Juan Bautista Lagarda Muñoz, ocupó el turno para trasmitir, a través de Radio Universidad, una síntesis de su visión de la Casa de Estudios y de las áreas en que debe poner énfasis la autoridad universitaria.
En mi inédito “Diccionario Histórico de la Universidad de Sonora” tengo una ficha breve de este aspirante: “Médico cirujano traumatólogo y ortopedista; prestó sus servicios al Instituto Mexicano del Servicio Social durante 30 años. Maestro del Departamento de Medicina. Director de la Fundación Universitaria de Gerontología, A. C.” Por publicaciones de nuestra Alma Máter me enteré de otros datos que no conocía al redactar, hace cuatro o cinco años, la ficha, entre ellos, que cuenta con una especialidad en Medicina Aeroespacial.
El doctor Lagarda Muñoz considera que la Universidad debe estrechar su liga con los empresarios para que logren colocación temprana sus egresados y convertirse en factor clave del avance industrial. La UNISON goza de prestigio no sólo en el medio nacional sino en el mundo y hay que aprovechar los contactos internacionales.
En el boletín oficial que hizo circular la Dirección de Comunicación hallé otras menciones del doctor Lagarda, que por cierto va en su quinto intento de ganar la Rectoría, a otros temas interesantes de la vida universitaria, pero ninguno relativo a las Humanidades.
Tomar al sector empresarial del brazo y recorrer con él el camino del progreso de Sonora es una aspiración que han vislumbrado todos los rectores; algunos han hecho avances modestos y todos han deseado, y desean, seguramente, acelerarlos aunque se ve difícil que un día se vean totalmente satisfechos. Pero las universidades han de ofrecer a los estudiantes un programa integral de preparación y dar la misma importancia a las Humanidades. En el Arte, han de pugnar por tantas conquistas como en la Ciencia y la Tecnología. De lo contrario, sus egresados serían profesionistas incompletos.
¿Callar al Presidente? ¡Qué imbéciles!
Lo que nos faltaba. Que el Instituto Nacional Electoral pretenda silenciar las ruedas de prensa matutinas del Presidente, las “mañaneras”, porque pueden influir en el curso de las elecciones que principian en todos los estados de la República.
La libertad de expresión es el más alto distintivo de la Democracia. El presidente López Obrador hace uso de ella por vocación democrática y también por obligación, pues debe mantener informados a los ciudadanos. Que lo haga día tras día es una proeza, pues la realiza desde la madrugada y en cualquier punto del país en que se encuentre. Ningún presidente o jefe de estado en el mundo, mucho menos en México, había mantenido el contacto diario, abierto y franco con sus gobernados, a través de la prensa. AMLO es merecedor de encendido reconocimiento no de un atentado contra su libertad.
En cuanto al presidente del INE, no merece que gastemos tiempo en analizar su sombría y sospechosa conducta. Para esto es suficiente una expresión: ¡Qué imbécil!
carlosomoncada@gmail.com
