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Namakasia
Se supone que en los últimos meses del sexenio, un gobernador sólo se dedica a pagar facturas y poner las cuentas en orden para entregarle al sucesor. Pero no pocos han tenido en esos lapsos sus peores experiencias. La gran tarea del gobernador Luis Encinas la echó a perder la oposición a la candidatura de Faustino Félix, oposición fomentada en buena parte por priistas frustrados; la tragedia de la guardería empañó la gestión de Eduardo Bours porque el panista Felipe Calderón azuzó contra él a la prensa para proteger a Horcasitas, el del IMSS, el verdadero responsable por permitir construcciones inseguras.
Pero ninguno se enfrentó a una situación tan grave como la que preocupa a Claudia Pavlovich, principalmente por la pandemia, añadido esto a la compleja situación electoral. Me siento orgulloso, como sonorense, de que la hayan escogido sus colegas para dirigir la Conago en los próximos cuatro meses, pero no estoy seguro de que deba felicitarla. No todos los mandatarios poseen su tacto institucional para llevar la fiesta en paz con un Presidente emanado de otro partido, y al mismo tiempo, demandar con firmeza lo mejor para su (nuestro) Estado; buen número de los gobernadores no saben más que echar bronca.
Claudia es una mujer de valor indiscutible y tiene agarrado con fuerza el timón. Y hace bien, porque soplan vientos traicioneros. Reflexionaré esta afirmación.
Lo normal en una campaña electoral es que la oposición ataque al candidato de enfrente y también a quien gobierna, pues si éste (ésta) lo hace bien, dará fuerza ante los votantes al candidato de su partido; por esta razón, el candidato defenderá a su gobernador (a). Pero esto no parece que funciona así en Sonora, en lo que va del proceso electoral.
El candidato de MORENA propala que el gobierno de Sonora tiene una de las deudas más elevadas del país y finge ignorar quién es el culpable para que se sospeche de la licenciada Pavlovich. Sería el momento de que el candidato del PRI alzara la voz y señalara al saqueador Guillermo Padrés como autor del endeudamiento. Pero no lo hace porque sus socios panistas podrían molestarse (jamás pensé que viviría para ver esto). Al contrario, en uno de sus últimos spots “el Borrego” anuncia a sus simpatizantes que “vienen tiempos mejores”. ¿Y los actuales, qué? ¿Han sido los peores, o no suficientemente buenos?
Todavía le faltan unos ocho meses al sexenio y han de ocurrir muchas cosas. Sin embargo ya se perfila, para mí, como la figura política que dejará más honda huella, Claudia Pavlovich.
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Durante la campaña para gobernador de 2009, el candidato Alfonso Elías Serrano se reunió con buen número de escritores y artistas para escuchar sus propuestas. Al terminar, dio las gracias y cometió el desatino de citar una frase de Gustavo Díaz Ordaz para definir la cultura. Después del candidato, el escritor Alejandro Aguilar Zéleny tomó el micrófono para despedir a la concurrencia y dijo: “Sentí un escalofrío al oír el nombre de Díaz Ordaz”.
Yo siento terror y náuseas al oír que Célida López quiere repetir como presidenta municipal de Hermosillo. Por favor, aunque no sea tiempo para escoger candidatos, adelanten todos los partidos los nombres de sus gallos para que la gente vea la diferencia y se tranquilice. Gracias.
carlosomoncada@gmail.com
