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Bastante se ha comentado sobre el próximo proceso electoral del 2021, el más grande en la historia del País por la gran cantidad de candidaturas; tanto para la cámara de diputados federales y congresos locales, gubernaturas, presidencias municipales y sus planillas de regidores.
La opinión que tiene la ciudadania de los partidos políticos y sus desfiguros, sobre todo de la credibilidad en ellos, es realmente pésima. Sólo creen en los partidos sus propios militantes. Pero entre estas militancias, de todos los partidos, muchos cuestionan el actuar de ciertos personajes de los mismos; del transfuguismo que permea y que se ha agudizado desde las elecciones del 2015, 2018 y que en este 2020 no es la excepción, con miras al proceso electoral este próximo año 2021.
Un proceso que se ve complicado para todos los actores políticos y para la misma ciudadanía responsable -con civismo patriótico-, que mucho tiene que ver con el nefasto poli partidismo que existe en el País “en aras de la democracia”; con sus famosas alianzas y coaliciones, que para muchos resultan realmente inverosímiles. Más si ha esto se agrega uno de los principales problemas que aqueja al País, independientemente del flagelo de la corrupción y la inseguridad entre otros; el de la Pandemia, que puede afectar en gran medida el proceso electoral. Si la población tiene por prioridad su salud, como debería de ser (aunque algunos les importa un reverendo cacahuete el COVID19 y la política, y ni viendo la situación se “hincan, le vale madere”, diría Catón), puede que el abstencionismo, ya de por si con alto porcentaje, aumente más. Espero sinceramente que NO ocurra esto y todos, con los cuidados pertinentes, acudamos a votar y no dejar que el gobierno del País (del Estado y de los Municipios), lo decidan menos del 50 % más1, DEL TOTAL DEL PADRON ELECTORAL (un poco más de 90 millones de mexicanos empadronados en el INE). Abstenerse es una falta del civismo gravísimo para el futuro de México.
A propósito de las alianzas, coaliciones y los chapulines de los Partidos Políticos, se asemejan al famoso juego Twister, modificado. En un tapete con círculos de diferentes colores, y cada color representa a cada partido (Rojo, Guinda, Azul, Amarillo, más los colorcitos de los partidos rémoras). En este tapete político se juega diferente, porque cada vez que la “recta o torcida conciencia” le indique al político o militante de un color (partido), escoger otro color, debe poner una de sus manos o sus pies, permaneciendo cada miembro en los colores elegidos (el del inicio y los restantes que vaya escogiendo), hasta quedar posadas las cuatro extremidades (dos manos y dos pies), o sea en “cuatro patas” (con perdón de los animalitos), adquiriendo una posición muy sugestiva, para pensar mal. Cada vez que brinquen a otro color se van despojando de sus ropas, hasta quedar “bichi y chinquechado” (consultar diccionario sonorense del Lic. Sobarzo Loaiza, los ex defeños y otros “sonoguachos”).
Los “coaligantes”, en este juego quedaran al final todos enmarañados, sin saber quién quedará triunfante. A menos que resulte como aquel cuento o charra, de la lucha libre (pero en otra versión), cuando en un encuentro “de todos contra todos”y la aplicación “múltiple de una llave quebradora”, en la maraña del pleito (enroscados unos con otros); uno de ellos visualizó unos testículos colgando cerca de su cara, y en un desesperado esfuerzo por salir bien librado de este combate, muerde fuertemente aquellas partes no tan nobles (si pertenecían a tan funestos personajes); no pensó que esos, “esos”, eran parte de su anatomía.
Fue tan grande el dolor que le provocó su auto mordisco, en ese orgiástico encuentro, que sacando fuerzas de “flaqueza” (si a la flaqueza le quedan fuerzas), que desbarató la maraña, aventando fuera del ring (político) a los demás participantes de la contienda. Quedándose por tal circunstancia, con su “eunuco triunfo”.
Pero la historia no concluye con la auto pérdida de la virilidad del político (el que se capó solito), ya que por tanto hacinamiento de tantos grillos; empelotas (sin vestiduras que oculten lo que son ...algunos, para no herir pielecitas delgaditas) y sin cubrebocas para acabarla de amolar; el pandemonio político terminó con un contagió generalizado semejante a la pandemia de covid19, todos salieron infectados por el virulento virus de la corrupción.
Esto solo es un relato o cuento de lo que podría pasar.
Políticos, a pesar de ustedes, y no se lo tomen a mal:
Son más los mexicanos, que queremos vivir en PAZ
México es tan grande, que, aunque quieran no se lo podrán
Acabar.
Raulhcampag@hotmail.com @DrRHCampa1
