|
Con admiración solidaria a Rebeca Godoy
Si algún sello distintivo tiene la reanudación de la sesiones de Cabildo es que, parafraseando el cuento de Monterroso, la mediocridad de la mayoría de sus integrantes sigue ahí…pero a distancia. La nueva normalidad sin disfraz.
Todo indica que los 3 meses de descanso involuntario con gastos pagados, de plano no abonó a la capadidad de análisis y reflexión, mucho menos de dignidad, de quienes sin mérito alguno, siguen “calentando un espacio en el órgano colegiado.
Ahí está como ejemplo el caso del contralor José Guerra Beltrán, cuyo desempeño ya desgastó lo mejor de su amplio curriculum, el apellido heredado, toda vez que se convirtió en un funcionario bajo sospecha pública por su silencio cómplice.
La regidora Graciela Armenta Avalos, titular de la comisión Anticorrupción, le espetó al contralor que su informe de 69 páginas era vil “paja” y luego pidió votar su destitución, que no ocurrió. Fin acaso de la alianza PRIMORANGE en cabildo?
En su papel de esquirol, la regidora Rocío Lauterio defendía lo indefendible y cuestionaba lo dicho por su homóloga, quien le reviró con un recordatorio de su fama de faltista, pese al riesgo de ser acusada por violencia de género.
“Efectivamente tuvimos una reunión en el URA, pero creo que no está muy enterada la regidora porque no asistió a las útimas sesiones de la comisión Anticorrupción, donde se tomaron varios puntos de acuerdo”, le soltó como jab a la morenista.
Seguido de upepercut con sabor a cítricos, mientras el capitán del barco ni por asomo lanzó la toalla para salvar a su pupila:”Hay una minuta, si no asististe y no te enteraste de los acuerdos, no vengas nada más a decir que estamos mintiendo porque no es cierto”.
“Es tu obligación mandar la información a todos los integrantes”, respondió una agitada edil Lauterio, quien recibió como propina un “toda la información se hace llegar, igual te inform hay un portal de transparencia donde se suben las minutas”.
Hay cosas del pasado que permanecen en cabildo: Otro secretario del Ayuntamiento que tampoco sabe contar (López Durán remember). Un regidor rockero que se siente el policía de Cabildo, pero con poses más propias de un personaje del bronx.
Y un alcalde Mariscal que en defensa a las críticas por el desempeño de su gabinete, como buen burócrata de carrera, la docencia incluida, solo alega que ”están tomadas observaciones”, pero solo finge y actúa para que las cosas sigan igual o peor.
PD: El regidor Rosendo Arrayales afirmó que la sesión no tenía validez legal y por eso su voto en contra. En congruencia, deberá proceder por la vía jurídica más allá de la denuncia pública para que, de tener la razón, haya efectos reales no solo mediáticos.
Pero además por una cuestión pragmática. A estas alturas del partido, el edil petista debe tener claro que Sergio Pablo Mariscal y sus aliados no actúan por principios y solo respetan el Estado de derecho cuando no les queda más opción.
