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La epidemia Nacional. Polarización social

Raúl Héctor Campa García
Miércoles 20 de Mayo de 2020
 

Las conferencias mañaneras del Sr. Presidente, pueden ocasionarle alteraciones en los mecanismos fisiológicos en su organismo y provocarle, por lo mismo, un trastorno mental. Debería procurar ser más prudente, en su ardua y dura encomienda, como primer mandatario de nuestro “México que herido”. 

Lo que informa en las tempraneras comparecencias, cae en la recurrencia persistente (suena a pleonasmo, pero “no le hace”), de polarizar a la ciudadanía, en cada tema expuesto, ¿será su propósito? (tal parece) o, se deba a un probable agotamiento mental. Si es esto último, preocupa. hay que cuidar al Presidente, lo comentaba en anterior artículo (Vulnerabilidad del Presidente. Su salud. 23 marzo 2020) publicado en este medio; que no es conveniente por el bien de la Nación que le suceda algo, ni en lo físico, ni en lo metal.

 

Si es lo primero, que la polarización sea su propósito de tipo electorero, tampoco es conveniente ante la investidura de un gobernante, que es para todos. Si su fin quijotesco es “desfacer tuertos” (torcidos), para eso está, no para producir más agravios, ni tampoco incitar entre sus seguidores y contrarios, a luchas estériles mediáticas. Su función es buscar la unidad de la población, para el fin superior de la nación, basado en la Constitución, y tratar de componer al País. No dudo que, en el fondo, eso desea; pero parece que “los diablos le aconsejan por un oído, todo lo contrario de los consejos que le dan los ángeles buenos por el otro”, de construir un Patria unida, solidaria, feliz, feliz. Desafortunadamente, parece que le encanta subirse al rin y provocar polémica, en su “modo de boxear”, tal como él Travieso Arce, tirando manotazos, que a veces noquea y otros “abanica”.

 

Sus motes clasistas, en fifís (ricos) y pobres, acentúan el encono ¿será con el propósito de sugerir una comunistoide – parecido a- lucha social? El lapso de tiempo que tardó en llegar al poder, le sirvió para tener el diagnóstico de los males del País, que se enfoque precisamente a tratar de remediarlos (con asesoría de expertos). En el combate a la corrupción, nadie cuestionaría su intención, pero con justicia pareja, “pero nunca a los burros de mis compadres”, en ellos tal parece que no aplica, están exonerados de toda culpa.

Si bien hay cosas que hay que reconocerle al Presidente, como su buena intención en acciones encaminadas a políticas sociales (con sus bemoles), otras más son criticables. En el combate la corrupción, su bandera de campaña, no se ve claro, antes los hechos donde están involucrados gente de su gabinete y allegados a él, la intención queda en eso, en retórica mañanera. Que actué en contra de los que él reiteradamente ha señalado. 

 

La “velada” actitud del Presidente de confrontar a “neoliberales”, ahora transformados en conservadores, contra los “liberales pseudocomunistas libres pensadores” que viven como burgueses -en su mayoría. Los neoliberales (conservadores) ¿tendrán su origen en lo “liberales que gestaron la independencia y la revolución” mexicana? Persiste en atacar a los empresarios del País, que muchos tienen negocios con Responsabilidad Social (sin duda hay hambreadores, pero no todos), que generan empleo y capitales de producción (mucho más que los gobiernos). Estas polarizaciones, parecen una clara incitación a una lucha de clases, ya experimentadas por varios países en latinoamericana con pésimos resultados, teniendo, además cautivo el libre albedrio de sus pobladores; en lugar de buscar entre todos estos actores, sociedad y gobierno como sacar del atolladero al País. Forjar una sociedad responsable que no espera recibir dádivas gubernamentales, sino oportunidades de empleo, de educación, y poder desarrollarse según sus posibilidades y aptitudes, fuera de todo nepotismo y despotismos. En todo el mundo existen rezagos sociales que no han sido subsanados. En México, estos se acentúan cada vez más, según datos oficiales del CENEVAL del mes de abril (2020), en el País existen 61 millones de pobres, clasificados en base al sueldo mensual, por debajo $3,208.00; por arriba de esta cifra ¿no los considera pobres, más 21 millones de mexicanos en pobreza extrema (con ingreso 1,600 pesos mensuales), con un aumento de la economía informal (de banqueta), y la pérdida de empleos formales (por esta pandemia. 550 mil empleos). Desempleados que pueden ser presa fácil de agrupaciones delincuenciales para sus propósitos, aumentando los índices de inseguridad de la población. Los índices de pobreza han aumentado, no es culpa de este gobierno (la pandemia ha influido), pero los anteriores tampoco la disminuyeron, ni es culpa de los empresarios; se tiene que llegar a concienzudos acuerdos, en como atenuar esto, una vez que pase la tormentosa pandemia o desde ya; y no polarizar más a la ciudadanía, que también debe tener una parte importante en la corresponsabilidad, de esta crisis. Tratar de resolverla y no politizarla, queriendo llevar agua a su molino todos …los actores políticos.

Desgraciadamente, estas confrontaciones siguen día tras día, con descalificaciones a sectores productivos y profesionistas, primero contra los Ingenieros civiles y ahora la semana anterior contra el gremio médico; desatándose los enconos, entre los que justificaban al presidente, al “malinterpretar” su mensaje matutino y la inconformidad de sociedades médicas e individuales. Escuché la mañanera del 8 de mayo y la revisé en tres ocasiones, también un texto literal de la misma, enviado por pro-AMLOs (de los minutos 52 al 54 aproximadamente). Para ver lo que causó el “debate cibernético”, transcribo unos cuantos párrafos: “… no a favor del mercantilismo, que desgraciadamente también llegó a predominar en el periodo neoliberal relacionado con la salud, como se decía antes de los médicos, que solo buscaban enriquecerse ¿no? ...” . La cuestión es ¿Cuándo inició el periodo neoliberal de que habla el Presidente? ¿De Peña Nieto hasta cuantos años atrás? En América, si no estoy en un error, desde los años 70 u 80 del siglo pasado, se empezó usar el concepto. Entonces, todos los médicos que estudiamos, nos especializamos y ejercemos, pertenecemos a esa época. Arrasó parejo, porque no dijo “algunos”. Remato al siguiente día – “de la disculpa”- con lo mismo. Pero externó su admiración por el Che Guevara y Salvador Allende, que en lo personal no dudo de su trayectoria política; pero quizás olvidó en esos momentos (que puso como ejemplo a esos personajes), a tantos y tantos médicos humanistas y humanitarios que hemos tenido en México, solo una pequeña muestra, de ellos: Ruíz Castañeda, Ruy Pérez Tamayo, Ignacio Chávez, Salvador Zubirán, Ramos Galván, Silvestre Frenk Freund, Jesús Kumate, Manuel Cárdenas de la Vega (que junto con otros inició el proyecto del hospital para niños, en México  hoy Hospital Infantil de México, Federico Gómez), Rubén Argüero Sánchez (hizo el primer trasplantes de corazón exitoso, en México -21 de julio 1988), etc. Y héroes anónimos entre toda la ciudadanía. Como le gusta tanto la Historia al Presidente, olvidó también al Dr. Belisario Domínguez, paladín de la libertad de expresión en la época de la revolución de 1910 y a el Dr. Francisco Vázquez Gómez, que él y su hermano, el Lic. Emilio Vázquez Gómez (masacrado por el chacal Huerta, como a Belisario), fueron asesores de Francisco I. Madero, que tanto admira (y admiramos muchos mexicanos). No hay porque recurrir a externos ejemplos, teniendo tantos. 

La polarización social, gracias a nuestros “ilustres políticos”, desde mucho tiempo atrás se ha vuelto un mal epidémico en México (enfermedad endémica, que no se ha erradicado). Esto, desde siempre ha provocado, como diría Catón –mexica- “el encarabonamiento” en ambas direcciones; de los que les gusta adular a los presidentes y a quienes los critican (ninguno, ni otros le han faltado a ningún mandatario). Como les dijo Madame Jourdain a los “aduladores de su marido ricachón, sin origen noble, que tanto deseaba” (personaje de la comedia de Moliére: El Ricachón en la corte, al Presidente: “¡Ya le rasca (n) donde le pica! ...”. Por cierto, Jean-Baptiste Poquelin –Moliére-(París, Francia1622-1673) les tenía animadversión a los médicos, manifestado en su obra “El médico a palos” ¿”se atendería de sus males, en un hospital como Médica Sur y se enojó, porque lo desplumaron, como a Él enfermo aprensivo, de Moliére, también? Como ya saben quién actualmente (2014-2020) … que lo averigüe Vargas. Serenense, diría el Presidente. Ponga el ejemplo, dice la gente. 

 

raulhcampag@hotmail.com 

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