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Los que conocen de lenguaje en redes digitales dicen, que escribir en mayúsculas denota un estado de enojo. Pues ¡QUÉDENSE EN CASA!
Es increíble que viendo las barbas de nuestro vecino cortar, no pongamos las nuestras a remojar. Y me refiero a las medidas de emergencia que nuestras autoridades sanitarias han dispuesto obedecer en beneficio de nuestra salud y la de nuestras familias.
¿No han escuchado que el intolerante y antipático presidente de los estados Unidos ha dicho que espera más de 240,000 muertes (más que las muertes bélicas de Vietnam y Corea juntas) por esta pandemia desconocida y (como dijo un compadre, como la iglesia de Bacúm) ¡Sin Cura!!
¿Qué es lo que hace falta ver, para hincarnos ante la tormenta que ya se avecina casi en nuestras narices? ¿Qué no me ponga trágico? ¿Piensa usted?, ¿Qué no exagere, dice en sus adentros? Vea Italia, España, china, inglaterra y los Estados Unidos, países con sus capacidades económicas, contagiados y muertes. ¡Esto es una tragedia! Ya tenemos infectados en México, en nuestro estado, en nuestro municipio, qué sigue ¿nuestra casa?, Ya tenemos muertes en la CDMX, Edo de México, Nuevo león, baja California y otros estados ¿Qué sigue? ¿Sonora? ¿Cajeme? ¿nuestra Colonia? ¿nuestra casa? ¿nuestros hijos? ¿nuestras vidas? ¡QUÉDATE EN CASA!
Todos coinciden, habrá muertos, si cooperamos (Y NOS QUEDAMOS EN CASA) pocos, si no atendemos las indicaciones ¡MUCHOS! Entre ellos, nuestros amigos, compañeros y tal vez, por qué no, ¡nuestras familias! ¡QUÉDATE EN CASA!
¿Qué no me ponga trágico? ¿No has visto los casos de Guayaquil en Ecuador? (Pon este nombre en internet y asómbrate, llora y pídele a dios que esto sea una pesadilla, y no una realidad en tu cercanía) Cadáveres tirados en las banquetas, acarreados en carretas, tirados en fosas comunes, hacinados en los pisos de hospitales esperando la muerte, rostros sin lágrimas que derramar preguntando por dios. ¡QUEDATE EN CASA!
¿Sabes qué es lo que pasaría, si uno de tu familia o tú, le diagnostican fuera de tiempo la enfermedad? Significa que ya diagnosticado, dejas de pertenecer a tu familia y te entregas a la gracia de dios (si es que no eres ateo) echaras la última mirada a los tuyos, porque ya diagnosticado de gravedad, no los volverás a ver, te entregarán en bulto, en caja (si tienes para pagarla) o en bolsa, listo para cremarse o enterrarse; sin funeral por medio, sin el último adiós.
¡QUÉDATE EN CASA!
No hagas de tu caso una apocalíptica pesadilla. No presumas de una inmunidad al azar, no confíes en la ruleta de la muerte, ni en estadísticas o rumores.
Sigue las indicaciones que te marcan las autoridades de salud y
¡Quédate en casa! (Ya no estoy enojado)
No es este artículo una apología del miedo se los aseguro.
Sinceramente estaba buscando un título y no lo encontré. Es Cuanto.
