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Stultorum infinitus est numerus
Dicho del señor Caballero de la Triste Figura: Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes de Saavedra. (Tomado del Eclesiastés; 1, 15)
Del cúmulo de información, con que diariamente se nos “bombardea” a la población a través de todos los medios: digitales, radio televisión y prensa escrita, etc., con respecto a la pandemia global del COVID19; algunas tienen tintes fatalistas, unas optimistas, que pecan en el “conjunto de valores – mal entendidos- de nuestra progenitora” y otras realmente científicas; que quizás son a las que menos les “hacemos” caso, algunos de los asiduos lectores “de cuentos cortos”; tal como me dice un querido amigo pediatra, cuando le envío algunos de mis –no científicos- escritos: “ me da hueva leerte, porque no sintetizas”. ¿encuéntrame otro defecto? Le pregunté…y me recordó unos cinco… no, menos, un chingo…lo acepto.
Se nos ha reiterado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el gremio médico, que reconocemos, que realmente es una Pandemia, pero parte de la sociedad (espero sean los menos), no acatan las recomendaciones, para prevenir hasta donde se pueda el contagio: Primero porque un porcentaje de la población, sobre todo los más pobres y los que tienen necesidad de ir a buscar el sustento para su hogar no les queda de otra. No pueden dejar morir por inanición a su familia y tienen que circular para allegarse los medios. Otros, los “escépticos” para no ponerle la bíblica y quijotesca frase, “es infinito el número de tontos", porque no han dimensionado el problema de salud o porque se quedaron con las “recomendaciones de soslayo”, minimizando su gravedad desde el inicio, que difundieron algunos políticos, incluido el Sr. Presidente, con su “detente y el fuchi caca coronavirus” (esto último le faltó decir); otro saltimbanqui político, salió con: “nosotros los pobres tenemos inmunidad” ¿Hizo referencia a los políticos o tal vez pensó en su impunidad? y otro valentón, que descubrió el hilo negro: “al cabo todos nos vamos a morir un día” (apellido Fernández “carroña”)…”no hay pex”, mientras regateaba el costo de un taxi ¿iría a algún cementerio …político? Por más carroña de otros partidos, para alimentar al “nuevo régimen”.
El Presidente, quizás se imaginó (como el ingenioso Hidalgo), con los “molinos de viento” (ventiladores de energía eólica), que observó en la rumorosa cuando iba rumbo a Tijuana, que la Pandemia no era real, pensó en una artimaña del ejército de gigantes, de “los neoliberales y conservadores globales”, o creada por estos, “sus enemigos políticos”; y a lo contrario del Quijote en su delirante demencia, en lugar de combatirla desde el inicio, la ignoró, porque el SI vio Molinos de Viento, pero No percibió el hálito lleno de COVID19 que ya había invadido al País, y no intentó “desfazer el tuerto” (sic) o atenuarlo a tiempo. Quizás solo observó “moros con tranchete”, en el empresariado mexicano y no al coronavirus... en ese entonces.
Afortunadamente en la intervención de ayer sábado de gloria, el Sr. Presidente exhorta ahora sí, a la Nación, a la manera primaria de prevención: QUEDARSE EN CASA. Ojalá también le haga caso, no solo a la OMS; también al Dr. López Gatell o siquiera haya escuchado el leve susurro, del guardado Secretario de Salud del País, Dr. Alcocer (guardado quizás por su edad…sin agra).
Respecto a los varios artículos de revistas indexadas (Revistas de prestigio para difusión científica médica), comparto (sin pedir anuencia y si, perdón) unos breves extractos de uno de estos interesantes artículos, que compartió con muchos médicos y traducido por el Dr. José Ramón Azpiri López, Jefe de Cardiología Clínica y Hemodinámica, del Hospital Christus Mugerza Alta Especialidad y Prof. Cardiología UANL. Monterrey, NL.
Cito fuente original del artículo completo: Fineberg- Harvey V. Ten Weeks to Crush the Curve. Editorial was published on April 1 2020 at NEJM.org. (The New England Journal of Medicine). Si desean revisarlo completo
Extractos: 10 semanas para aplastar la curva. (Referido a la pandemia del coronavirus).
A.- Esta es una guerra, como toda guerra, hay que pelear para ganarla.
B.- La estrategia debe limitar simultáneamente el número de muertes y permitir que se restablezca la economía rápidamente. El autor, de la Universidad de Harvard, propone varios puntos para A y B:
1.- Establecer el mando unificado, con la autoridad para movilizar civiles y militares para cumplir las tareas.
2.- Cada gobernador deberá establecer un comando único, porque las necesidades serán diferentes de acuerdo a diferentes momentos, en cada estado.
3.- Hacer millones de pruebas. No todos las necesitan, pero sí los sintomáticos. Sin pruebas diagnósticas no podemos entender la dimensión de la epidemia. Hacer centros de pruebas fuera de los hospitales, para no saturarlos.
4.- Hay que darle al personal sanitario equipos de protección individual y equipar a los hospitales para un aumento brusco de pacientes gravemente enfermos.
5.- “No mandamos a la guerra a los soldados sin chalecos antibalas. Los trabajadores de la salud que están al frente de esta guerra NO merecen menos.
6.- Hay que diferenciar a la población en 5 grupos y tratarlos de acuerdo a eso. Grupos: a) Infectado b) Posiblemente infectado (síntomas y prueba negativa) c) Expuestos (contactos) d) No expuestos/no infectados e) recuperados (inmunes). (Nota al margen de un servidor, no se sabe el tiempo de inmunidad).
¿Cómo actuar? A) Hospitalizar a los que tienen enfermedad severa o marcadores de riesgo. B) Establecer enfermerías (centros de convenciones) para enfermedad leve/moderada de bajo riesgo, para evitar la transmisión a familiares. C) Convertir hoteles (actualmente vacíos) en centros de cuarentena ¿para los que han estado expuestos y separarlos de la población general por 2 semanas. D) Identificar correctamente (mediante anticuerpos) a los que están curados e inmunes.
7.- Inspirar y movilizar al público; buscar vacunas, investigación, datos clínicos, pruebas. Uso de cubrebocas fuera del hogar para disminuir la transmisión y la estigmatización.
8.- Aprender en “tiempo real” con investigación fundamental: Tratamiento antiviral efectivo, predictores de deterioro clínico. Conocer quien es inmune, para devolverlo al trabajo ¿Cuándo reabrir las escuelas? Dependerá de saber si los niños pueden contagiar a los adultos y de saber cuánto dura el virus en las superficies. “Si realizamos este abordaje, guiado por la ciencia, empezaremos a revivir nuestros negocios”. “Poniendo dinero en el bolsillo de las personas durante los siguientes dos meses, protegiendo los negocios pequeños y liberando créditos, vamos a posicionar la economía para un rugiente regreso, cuando el virus esté fuera del cuadro”. “En lugar de estar tropezando con una serie de medidas a medias, tanto de salud como económicas, tenemos que llevar una estrategia para vencer al coronavirus y revivir la economía”. “Si actuamos de manera inmediata, podemos hacer que el aniversario del día D el 6 de junio del 2020, América declare la victoria sobre el coronavirus”.
Hasta aquí la cita de este interesante artículo.
Pero retornando a nuestra realidad, en nuestro México, en esta lucha donde nuestros soldados sanitarios (médicos, enfermeras, todo el personal de salud) que se están partiéndose el alma ¿Cuentan con el equipo apropiado? A los médicos y a todo personal de salud, los que están en la “línea de fuego” les está pasando lo mismo que al toro de lidia (contado hace años, cuando recién salido de la residencia de nuestras especialidades; por mi amigo, Dr. Alejandro Gómez Alcalá) Modificado a la realidad actual: “Llegan a la Institución embistiendo duro (haciendo su trabajo, viendo con responsabilidad a pacientes), pero luego aparece el picador en su caballo, ellos si con el equipo apropiado, ambos (directivos), para que no les vaya dar un cornada – el coronavirus- (cornada se dice en otros términos taurinos, non sancto); tanto lo laceran al toro los picadores, que al llegar un directivo principal (Torero) a herirlo más con sus estocadas (carga de trabajo y sin insumos, sin equipo de seguridad), a exigirle que embista más. Aquel pobre toro (médico), está exhausto ya no embiste, hasta que le dan la estocada final…”
Pero ¿todo el personal está realmente capacitado en especial para ésta batalla? ¿el Gobierno e Instituciones y la sociedad estamos respondiendo y acatando las medidas necesarias para mitigar el daño y evitar la carga de trabajo en lo posible, a los batallones de primera línea?
La respuesta está en ellos y en cada uno de nosotros. Existen en una parte de la sociedad y de políticos, que se resisten a que se gane a ésta guerra. Quédate en Casa. Ayúdate, ayudando.
