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Reflexiones médicas ante la pandemia

Raúl Héctor Campa García
Sábado 28 de Marzo de 2020
 

México en cierta manera, está a la altura de los avances médicos que se ponen en práctica, en realidad, solo a nivel de algunas Instituciones de Salud Oficiales, y en grandes Hospitales Privados. Que, por cierto, acceder a estos últimos, solo es privativo de un pequeño sector de la sociedad, que cuentan con seguro de gastos médicos mayores o con altos recursos económicos y encumbrados políticos.

Ante la contingencia epidemiológica causada por el coronavirus actual (cepa COVID19), que, por su extensión mundial, se ha convertido en pandemia, trastocando la salud y la economía global.

Por supuesto, nuestro País, no ha quedado exento y al igual que otros países, puede rebasar la capacidad de respuesta para su contención y combate y el colapso de las instituciones de salud para la atención de pacientes graves puede presentarse como un latente riesgo.

A pesar del optimismo Presidencial y la ignorancia de un gobernante: uno, en forma socarrona, se atiene al “detente y al no pasa nada” y el otro, en elogio a la estulticia, declara que la pobreza hace inmune a la enfermedad. 

Por desgracia, la pobreza de un pueblo, hace a sus habitantes más vulnerable a diversos padecimientos. Existen patologías que la ciencia médica las ha etiquetado como propias de la pobreza (sería extenso hablar de éstas); pero en general, las enfermedades no respetan niveles sociales y económicos, ni ideologías políticas (si es que políticos, realmente tengan esto último), ni respetan creencias de cualquier índole.

Aunque si bien es cierto, existe una vinculación – sin caer en el “sincretismo politeísta”- de la fe en un solo Dios, que está arraigada en la sociedad. En esta vinculación de medicina y religión, la fe, ayuda en mucho a la tranquilidad esperanzadora de los pacientes para recuperar la salud o no enfermarse y de que todo saldrá bien o, a encontrar la paz de la resignación ante un final infranqueable de la existencia. Ambas, ciencia y fe, se refuerzan mutuamente…y más en pacientes creyentes o no. Luis Pasteur afirmaba “un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él”.

Albert Einstein decía: “El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir”. El físico austríaco Anton Zeilinger, líder mundial en comunicación cuántica, afirmaba recientemente: “Algunas de las cosas que descubrimos en la ciencia son tan impresionantes que he elegido creer”. (Citado por: Sols-Fernando. Conferencia: Grandeza y límites de la física moderna. Artículo, condensado por la Universidad Complutense. https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/mucha-ciencia-devuelve-a-dios. Madrid; 20 junio 2013.

En esta dualidad, vinculada, se puede encontrar la paz, al abandonarse ante la voluntad o los designios de Dios y la confianza en la ciencia. De esto, somos testimonio mi esposa y un servidor (que fui un creyente “light”, ahora Sí, creo).

Ante la pandemia del COVID19 ¿El sistema de salud de México, está preparado para la atención de pacientes graves, por causa de coronavirus? Para contestar ésta pregunta, se debe de considerar varios parámetros:

No todos los hospitales cuentan con la estructura ideal para estos casos, sobre todo, en muchos Estados de la República, están mal diseñados. Algunos de ellos, por no decir la mayoría, haciendo una observación al margen como ejemplo, algunas vías de accesos y salidas, son comunes tanto para la afluencia de pacientes, como para el personal del mismo hospital, sobre todo personal médico, de enfermería, de la laboratorio y afines.

Cruce que no debería de ser; las vías de circulación deberían de estar independientes por donde ingresan los pacientes y familiar acompañante. En las diferentes áreas de urgencias, el TRIAGE (clasificación de una urgencia verdadera de una sentida), la sala de espera es común; a excepción de pacientes que llegan directos a las áreas de Choque, por diferentes causas.

En el caso de la pandemia actual, debería tener los hospitales un área de contención, con TRIAGE, para seleccionar a pacientes que ameriten hospitalización y probable estabilización, área diferente en la que están pacientes con diversas patologías.

Una zona exclusiva para estos pacientes, con todas las medidas de prevención para evitar contagios, tanto de pacientes, como para el personal médico y de enfermería que los atiende; que debe ser  personal altamente capacitados (médicos Urgenciólogo e Intensivistas y de otras especialidades interconsultantes), además del personal becario que estén realizando Residencia, siempre bajo la tutela del médico adscrito calificado y no tomar a este personal becario como descarga de trabajo, sino como colaborador con una enseñanza dirigida.

En este tipo hospitales no debe haber, con todo respeto y responsabilidad, médicos generales, ni becarios de Pre-grado.  Equipos de seguridad de calidad y no improvisados para el personal médico y de enfermería, lo mismo que personal del aseo de estas áreas.

Por otro lado, la demanda de pacientes que ocupan o van ocupar las unidades de terapia intensiva, por otras patologías no relacionadas con ésta pandemia y que ocupen respiración asistida (Respiradores mecánicos), deben también estar muy independiente de pacientes infectados por COVID19 y entre aquellos pacientes y estos ¿La cantidad de respiradores mecánicos serán, suficientes, lo mismo que el personal médico, de enfermería, inhaloterapia y químicos calificados?, es importante también que el servicio de epidemiología, estén las 24 horas pendiente de los pacientes que den positivos COVID19 para detectar contactos en la comunidad y formar cercos epidemiológicos para evitar en lo posible más contagios (trabajo de campo).

Con estas especificaciones (entre otras), para la mayor parte de los hospitales, la respuesta sería, que no estarán preparados para afrontar la pandemia si llegará a la fase 3 (contagio comunitario) o fase 4 (transmisión sostenida), quizás nunca estaremos lo suficientemente listos para cualquier pandemia.

¡Dios nos agarre confesados! Qué bueno sería, por parte del gobierno, que los subsidios de los partidos y parte del sueldo de los congresistas, se utilizará para equipar a los hospitales; mínimo que cada diputado y senador, colaborara en la compra de un Respirador Mecánico (costo: entre 60 a 120 mil pesos) ¿Qué es para ellos? 

Lo que, sí es un hecho, es que la resiliencia del personal de salud, en casi todos, siempre estará presente. Pero tampoco hay que exponerlos a riesgos, por no contar con los equipos necesarios, para evitar ser contagiados.

En la Historia de la Medicina, esta impregnadas de héroes anónimos, que han puesto en riesgo sus vidas, al atender pacientes infectados. Y si a la mayoría –que estudiamos medicina por vocación y no por andar “presumiendo la bata blanca”, nos preguntaran, que quisiéramos ser, si volviera uno a nacer; de seguro contestaríamos: “VOLVERÍA A SER MÉDICO.

raulhcampag@hotmail.com 


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