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Columna de Hierro
A juzgar por lo dicho en días pasados por el presidente López Obrador cobra sentido una de las tantas versiones que corren a partir del llamado ‘culiacanazo’ en donde la detención del hijo del Chapo Guzmán --actualmente cumpliendo cadena perpetua en prisión de los Estados Unidos-- puso en jaque al Estado mexicano.
Y cobran sentido estas versiones a partir de algo en lo que tal vez no se ha reparado mucho: de las tres ocasiones en que fue detenido el padre de este y capo de capos, Joaquín Guzmán Loera, en dos de estas no se disparó un solo tiro (en Guatemala, de donde después se le pelaría a Fox en un carrito de lavandería), y en Mazatlán, con excepción de Los Mochis, Sinaloa en donde seis marinos que participaron en su detención resultaron heridos; cinco de los sicarios que lo resguardaban resultaron muertos y seis detenciones en total.
En ninguna de las tres ocasiones pareció venírseles el mundo encima a nadie y ni una sola de las corporaciones quedó en duda en cuanto a su actuación.
Y estamos hablando del capo de capos, jefe de todo un cártel con conexiones en gran parte del mundo, incluido, desde luego, la mayoría de los países de América Latina, Asia y Estados Unidos.
Estas versiones se mueven en dos sentidos: que todo se orquestó tras bambalinas y la mano que mueve la cuna se advierte allende la frontera norte en donde supuestamente habrían participado la CIA y la DEA, en donde, como ya es sabido, no sería la primera ocasión que participe en una situación de este tipo; el mundo está lleno de estas historias, sobre todo países como Panamá, Chile, Cuba, Haití en donde la intervención del tío Sam ha sido debidamente representado por estas dos organizaciones.
Y, naturalmente otra que apunta en dirección a algunos grupos ultraconservadores identificados con aquellos que junto con algunos partidos políticos orquestaron la campaña de miedo en las pasadas elecciones federales y en las que nada más les faltó inventarle la rabia al tabasqueño y a los que les faltó lo más importante; que el pueblo les creyera.
A esta campaña se suman los "financieros de bolsillo" y "analistas de banqueta" que oyen cantar el gallo y no saben por dónde.
Así de la manera más chabacana se encargan de repetir, cual loros descompuestos, cuantas versiones se hacen circular a través de las redes y apantallados por el formato y la presentación en que llegan, creen a pie juntillas, los datos ‘reveladores’ en que se basan para prácticamente ser testigos de primera mano de la debacle financiera del país.
La campañita de marras, agarra y sorprende parejo, incluidos aquellos que se ostentan como financieros de oficio, pero carecen de absoluta capacidad de análisis, no obstante a que algunos apantallan hasta con dos títulos académicos.
¿Y qué dijo López Obrador a raíz de estas versiones? Sencillamente que la transformación que encabeza su Gobierno cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado.
“El México de hoy no es tierra fértil para el genocidio ni para canallas que lo imploren, en el país no hay la más mínima oportunidad para los Huertas, los Francos, los Hitler o los Pinochet.
Enseguida les recetó leer la fábula de Esopo "Las ranas pidiendo rey", y tras sostener que en México actualmente son otras las realidades y por tanto, no debe caerse en la simplicidad de las comparaciones, les advirtió:
“¡Qué equivocados están los conservadores y sus halcones! Pudieron cometer la felonía de derrocar y asesinar a Madero porque este hombre bueno, Apóstol de la Democracia, no supo, o las circunstancias no se lo permitieron, apoyarse en una base social que lo protegiera y respaldara”, puntualizó.
Y finalmente, a los agoreros del desastre que dijera Luis Echeverría aquel presidente de mediados de los setenta que desde inicios de su Gobierno vivió confrontado con el gran capital mexicano, ‘reaccionarios’, les dijo en más de una ocasión, los dejo con esta advertencia de la voz autorizada en materia de finanzas públicas, la señora Kristalina Georgieva, quien apenas ayer asumió el cargo de nueva directora del Fondo Monetario Internacional.
Según la dama en cuestión, la actividad económica, ‘se está ablandando’ en economías avanzadas como Estados Unidos, Japón y, especialmente la zona euro, mientras que en otros mercados emergentes como India y Brasil, la desaceleración es aún más pronunciada este año.
Al afirmar que esta desaceleración se presenta en el 90 por ciento de los países del mundo, dijo que esto se debe a las disputas comerciales, como la guerra comercial entre Washington y Pekín, además de las diferentes tensiones geopolíticas y el posible impacto del ‘brexit’.
Y sin el ánimo de ahuyentar a aquellos que le habrían pegado al Melate hoy domingo y amanecieron con el espíritu de nuevos inversores, les dejo con estas predicciones de la señora que en el nombre lleva su buena fama –Kristalina-- de hablar siempre con la verdad y mencionar las cosas por su nombre.
“En 2019, esperamos un crecimiento más lento en casi el 90 por ciento del mundo. La economía global se encuentra ahora en una desaceleración sincronizada”, dijo Georgieva en la sede central del FMI, en Washington.
Y ni modo de agarrar para Los Mochis con tan oportuna advertencia.
Esta desaceleración generalizada, dijo, “significa que el crecimiento de este año caerá a su ritmo más bajo desde el comienzo de la década”.
Y por si quedara alguna duda, precisa que en los últimos meses se han reducido en una décima las previsiones de crecimiento global, quedando a tan solo un 3.2 por ciento para el año que está por concluir y un 3.5 por ciento para el 2020 que está por iniciar.
Ni modo.
A llorar menos y a acelerar el paso llaman.
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