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El despropósito de la regidora Rocío Lauterio Araujo para que Cajeme sea “el primer municipio a nivel nacional en apoyar a nuestro presidente en su decisión de apoyar a Evo Morales y al pueblo de Bolivia”, dejó una lectura muy grave: el cabildo es candil de la calle y oscuridad en su casa.
Los regidores pueden pronunciarse a favor de otros pueblo y galaxias, pero sin descuidar lo urgente y prioritario, pues cuando el regidor Rosendo Arrayales propuso una sesión para tratar el asunto de las guerreras buscadoras, los oficialistas aceptaron la línea del alcalde y la boicotearon.
Ahí es cuando la aprobación (12 a favor, 8 en contra y 2 abstenciones) de la propuesta suena a victoria pírrica sin una trascendencia visible, que no sea la del beneficio personal: “lavar” la mancha como la más faltista en comisiones en el primer año o parte de un plan en pro de la gubernatura aunque el presidente municipal se desmarcó de la iniciativa.
No se contrapone que preocupen por los lamentos bolivianos (Enanitos verdes opcit) e inclusive intentar que La Paz o Sucre sean ciudades hermanas, pero su responsabilidad directa (y su sueldo) está en Cajeme, de ahí que es y será más necesario pronunciarse por las fosas del Campo 30.
Ahora bien, la petición de que el comunicado se publicara también en medios nacionales, “en específico La Jornada”, pareciera que la regidora morenista no ha entendido la necesidad de aplicar la austeridad y no alardear con desplegados para quedar bien con AMLO.
Y no hablemos del tono del comunicado con afirmaciones sin sustento, imperdonable para alguien que estudió leyes, además de sus faltas de ortografía, pero bueno, aquí cabe el dicho de que “no tiene culpa el indio sino quien lo hizo regidor”, sin mayores méritos que la incondicionalidad.
Afortunadamente cupo la cordura en Cabildo y cuando la regidora Carmen Susana Valenzuela le cuestionó quién pagaría la publicación, el alcalde aclaró que “no hay presupuesto en Comunicación Social (…) El voto se hizo en función en relación a la propuesta de redacción”.
Tampoco fue políticamente correcta la reacción exagerada de la edil independiente después de la Evotación aprobatoria y pedir “no quiero aparecer ahí…mi nombre, no quiero que aparezca ahí, por favor”, cuando en el documento solo aparecía el nombre de Sergio Pablo Mariscal A.
Y mucho menos me pareció profesional la portada del Tribuna del día siguiente, donde se leía “Mariscal gasta el presupuesto en Evo Morales”. Tan buenas portadas que han diseñado en la cobertura sobre la violencia y resbalan con un titular inexacto con tufo de manipulación.
En fin, lo bueno que ya estamos en vísperas de diciembre y sus posadas…Abrazos no sablazos por piedad!
