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El lunes 21 de octubre, un grupo de agricultores del Valle del Yaqui reclamaron airadamente al diputado federal Carlos Javier Lamarque Cano su iniciativa para reducir el subsidio que se les da en los pagos por derechos de agua.
Privilegiados en administraciones federales anteriores, subsidiados hasta el hartazgo, no aceptan, no entienden que para lograr la autosuficiencia alimentaria, debe redirigirse la política agraria, es prioritario también apoyar a los auténticos pequeños propietarios, aún abusivamente marginados.
Con independencia de si es acertada o no la iniciativa que origina el encono, vale la pena revisar el mecanismo de otorgamiento del agua para uso agrícola a los productores del Valle del Yaqui.
En el año de 1992, derivado de la reforma a la Ley General de Aguas, los distritos de riego fueron desincorporados de la Comisión Nacional del Agua y se entregaron a los productores agrícolas (en términos prácticos, fue una privatización ordenada por el gobierno federal salinista), y desde entonces comercializan el uso del agua, con la discrecionalidad y abuso que todo gobierno neo liberal acostumbra.
Concluidas las administraciones federales privatizadoras, el nuevo gobierno federal pretende reformar nuevamente la Ley Federal de Aguas y regresar a la Comisión Nacional del Agua la administración a los distritos de riego, concluir pues la privatización de la administración del uso del agua, con lo que concluye un pingüe negocio para los productores agrícolas, tanto del sector privado como del social, algunos de ellos tan hábiles que cubren artificiosamente los dos sectores.
Pero revisando el negocio del uso del agua para la agricultura, concretamente en el Distrito de Riego del Vale del Yaqui, se advierte que este organismo paga a CONAGUA a $ 6.00 el millar de metros cúbicos de agua y lo vende a los productores en $160.00, casi 27 veces más de su costo original !!, pero eso no es todo, los 42 módulos de riego que existen en el Distrito de Riego, que son entes públicos, son los encargados de cobrar el costo del agua y entregan en su totalidad los pagos al Distrito de Riego del Rio Yaqui, faltaba más !!
Los módulos además de hacer las tareas prácticas en la distribución del agua, mantenimiento, etc., también se dedican a la cobranza, lo que es un significativo ahorro para los “administradores” del Distrito de Riego.
Anualmente se entrega a los agricultores del Valle del Yaqui, por parte de CONAGUA, 2 mil millones de metros cúbicos de agua, lo que arroja un total de ingresos al Distrito de Riego del Río Yaqui, de $ 320 millones de pesos anuales, de ahí la molestia de los directivos de ese distrito con el gobierno del estado del sexenio anterior, que se atreve a desviar 75 millones de metros cúbicos al acueducto “Independencia” desde la presa “El Novillo”, y que sumados a los 17 millones de metros cúbicos que se trasvasan a Guaymas y Empalme por el acueducto Yaqui Guaymas, lo que les provoca una disminución notable en sus ingresos!anuales de aproximadamente $14,720,000.00, circunstancia que aprovechan incluso con fines políticos, con resultados ampliamente conocidos.
El uso del agua para la agricultura, comentándolo con algunos conocedores del tema como el doctor Rodrigo González y el maestro Pastor Sánchez (quienes proporcionan datos para este artículo) debe replantearse en el Valle del Yaqui, se utiliza principalmente en el cultivo de trigo, donde para los grandes productores, el negocio no está en la producción triguera, porque recuperan un poco más de lo que invierten, el negocio estaba en el subsidio federal, sin importar que no se resolviera la autosuficiencia alimentaria; por ejemplo, de la producción de trigo cristalino, el 80% se envía al extranjero, así las cosas, debe entenderse que para mejorar la rentabilidad del agua, deben atenderse otras opciones de cultivo.
El debate surgido por la iniciativa del diputado Lamarque Cano y los grandes productores locales, es apenas la punta del iceberg, verdaderos pequeños productores, empresarios de la agricultura, especialistas en la materia, tienen un verdadero reto, una meta en lo inmediato:
Uso racional del agua para la agricultura, que permita en términos reales, la autosuficiencia alimentaria en beneficio de todos los mexicanos.
