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Pocos, creo yo, pueden reprocharle a Andrés Manuel López Obrador que visite y escuche a los pueblos indígenas del país, en su propósito de tomarlos en cuenta, como él lo dijo en sus discursos.
Sin embargo, uno no puede dejar de preocuparse cuando al enterarse de los planteamientos que le hicieron los voceros de las etnias Guarijío y Mayo, nos queda la impresión de que se habló de las consecuencias pero no de las causas de los problemas que han enfrentado por más de un siglo, después de la Revolución, estos pueblos indígenas de Sonora.
En el encuentro con la etnia Mayo que tuvo lugar en las instalaciones del Centro Coordinador del otrora Instituto Nacional Indigenista y después CDI, en Etchojoa, el Presidente comentó que los Guarijíos le pidieron la autorización de recursos federales para proseguir la construcción de la presas de Pilares, a lo que él accedió seguro de que daba respuesta a una demanda legítima de los miembros de la etnia.
En nombre de la Etnia Mayo habló su representante durante poco más de una hora. Se refirió a la pobreza ancestral de los pueblos mayos, de su marginación por la desatención de los gobiernos, del despojo de tierras y aguas pero sin señalamientos concretos, es decir, sin ubicar los terrenos ni a los despojadores, pidió respeto a sus usos y costumbres pero nada dijo de quienes les faltan al respeto y desprecian su historia y su cultura.
En los accesos a las instalaciones del CDI pequeños grupos de campesinos sostenían mantas en las que pedían agua para regar tierras ubicadas en el bajo río Mayo y recursos públicos para mejorar los suelos, otros demandaban el cumplimiento de una antigua resolución presidencial y un grupo de estudiantes del COBACH de Etchojoa exigían presupuesto para su escuela en peligro de cerrarse por falta de recursos.
El Presidente ocupó casi todo su discurso en hablar de los Programas de Bienestar del gobierno Federal y enfatizó la atención para los indígenas, sin excepción, y si bien se refirió, en lo general, a las peticiones de los representantes indígenas no dio respuestas inmediatas.
Fue evidente la presencia de contingentes movilizados por el PRI, probablemente por la presencia de la ciudadana Gobernadora del Estado, que aplaudieron más a ésta que al Presidente. Entre los asistentes al acto podían identificarse políticos activos del PRI, el PAN, PRD y Morena, líderes campesinos cenecistas de viejo cuño, que escuchaban impasibles, seguramente porque su presencia en el evento tenía propósitos diferentes, ajenos al acto público que se desarrollaba en el lugar.
Fue observable también que quienes se ostentaron como representantes de los indígenas provienen de los Consejos Estatales Indígenas que durante los sexenios de los gobiernos priistas y panistas manipularon y manipulan a las autoridades y a los integrantes de la Etnia. No podía ser de otra manera, porque el PRI continúa sosteniendo sus estructuras en las comunidades indígenas a diferencia de Morena que ni siquiera ha sido capaz de darle forma a sus direcciones municipales en la región del Mayo.
Más arriba comentábamos de la impresión que nos dejó el encuentro del Presidente con las etnias del sur del Estado. Y aquí la describo. En el caso de la petición de los Guarijíos para que se termine la presa de Pilares nos surge la pregunta: ¿será una petición real de su pueblo o de los dueños del agua del Distrito de riego 038? .Además, se imponen estas otras preguntas ¿cuántas hectáreas de terreno propiedad de los indígenas Guarijíos regarán las aguas de la nueva presa? ¿mejorará su actividad ganadera? Se les concederá exclusividad en la explotación de las espacies pesqueras que se reproducirán en la presa?¿cuántas hectáreas de terrenos de sus primos hermanos indígenas de Navojoa se regarán al extenderse el distrito de riego con la disponibilidad de agua proveniente de la nueva presa?
¿Porqué los representantes de la etnia Mayo no incluyeron, en sus peticiones al Presidente, la de reformar el decreto que creó el Distrito de Riego del Yaqui que dejó sin agua a la comunidad agraria indígena de El Bayájorit y a una parte importante del ejido de Buaysiacobe a pesar de que el canal Alto que sirve de límite al Distrito, atraviesa los terrenos de la comunidad y el ejido mencionados?
Como dije antes, pocos pueden dudar de la buena intención de AMLO al reunirse con los representantes de las etnias, pero poco se avanzará en la solución de los verdaderos problemas de los pueblos indígenas si quienes se encargan de plantearlos y pueden tener acceso a las oficinas del ejecutivo federal, en realidad no son más que voceros de quienes detentan el poder económico y político en el medio rural de la región del Mayo.
Ante esta realidad, me viene a la memoria aquella anécdota escrita por Eduardo Galeano, en la que se comentaba que un pastor evangelizador, mormón o adventista, visitó una comunidad en lo recóndito del Amazonas. Después de su larga perorata el pastor pidió su opinión a los presentes; con lentitud el más viejo de la tribu se puso de pie y expresó:”eso que usted dijo, rasca y rasca bien, pero rasca donde no pica”.
