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Dios perdona siempre. El hombre a veces. Y la naturaleza …NUNCA.
Saulo de Tarso (San Pablo).
Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura (1990), en una breve antología de sus obras “PAZ. Palabras en Espiral”, una síntesis de sus obras completas, prologada y comentada por él poeta uruguayo, Danubio Torres Fierro, menciona que:
“… la historia de nuestro tiempo, sus quimeras y sus contradicciones, sus extravíos y sus iluminaciones. Pueden condensarse, sin excesivo riesgo de simplificarlas, en la relación entre las tres palabras cardinales de la democracia moderna: libertad, igualdad y fraternidad. La relación entre ellas es incierta o, más bien, problemática. Hay contradicción entre ellas: ¿cuál es el puente que puede unirlas? (el mismo Paz, contesta), es la fraternidad… La libertad puede existir sin igualdad y la igualdad sin libertad. La primera, aislada, ahonda las desigualdades y provoca las tiranías; la segunda, oprime a la libertad y termina por aniquilarla. La fraternidad es el nexo que las comunica, la virtud que las humaniza y las armoniza. Su otro nombre es solidaridad, herencia viva del cristianismo, versión moderna de la antigua caridad…” (hasta aquí, la cita).
En artículo anterior (8 de julio 2019), Meritocracia y paridad de género, se definen las diferencias que existen, en estos otros términos: Equidad, igualdad y paridad, publicada, en este y otros medios digitales.
Términos que vinculan y propician una verdadera polarización en el pensar y en el hacer de una sociedad que en su mayoría se siente confundida, con el debate mediático en los temas que “se adornan” con estos términos. Daremos unos ejemplos:
La libertad de decidir en el tema del aborto, al considerar al nonato, desde la etapa embrionaria o fetal, un ser humano desechable; sin tener conciencia que es un ser humano vivo, diferente a quienes lo procrearon. Los que abogan por el aborto, se olvidan que ellos también fueron engendrados por dos seres muy diferentes, y que, de esa unión, nace un ser humano; al igual que todos, UNICO e IRREPETIBLE. Se discute si tiene derecho a vivir o no.
La vida no se da por decreto, pero el ser “zoon politikón” Si, decreta la muerte de un inocente.
En “matrimonio” igualitario ¿solo se habla de la unión de dos “géneros Iguales”, los que defienden el tema, se olvidan de los demás géneros, aquí ya existe discriminación? ¿Qué tal, si uno de estos “géneros”, se quiere “matrimoniar” con su mascota favorita, con una estrella polar o su marciano favorito, que no se si tengan diferencia de sexo, según las antenitas?
Desde hace más o menos una década, se legisló la Ley de Convivencia, sobre el derecho de vivir en unión en pareja, de los seres humanos, con todos los derechos constitucionales correspondiente (derechos y obligaciones), tanto para heterosexuales, como homosexuales. Se legalizó para las parejas que conviven en unión libre, concubinato y donde se incluyó las uniones (legales) de parejas homosexuales. Que todos o casi todos respetamos y aplaudimos.
Pero tal parece que estos últimos, no conformes, quieren que se le dé rango constitucional con el nombre de “matrimonio” y cambiar de un plumazo “legislativo localoide o nacional”, el dictamen del Tribunal de Derechos Humanos, más importantes del mundo que tiene sede en Estrasburgo, Francia sobre el Derecho Natural y la Familia; fundamentado en considerandos filosóficos y antropológicos basados en el orden natural, de la familia, el sentido común, apoyados científicamente y en el derecho positivo. Donde no existe ninguna discriminación, porque, aquella – la unión homosexual- va contra la naturaleza y el orden universal biológico (agrego: y fisiológico). Las preferencias sexuales libres, en los adultos (con adultos, hay que aclarar), es otro boleto muy respetable. Como diría el vulgo vago: “de adulto, cada quien puede hacer con su ese…un papalote”.
La paridad de género, desde el punto de vista de oportunidades, de acuerdo; siempre debe y debió ser desde que existe el ser humano, así. Ahora, en cuanto al ambiente político, los defensores de la ideología de género (ideo-ilógica), con tanta diversidad de género, si es que alguien les reclama, por ejemplo, en la integración de los congresos, cabildos, o representativos políticos ¿Cómo le van hace para “esta paridad” con tanta diversidad, que han ideado? No le alcanzaran las curules o los puestos.
Ante esto, la mayoría de la sociedad, expectante, ve al monstruo con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. O un producto del sueño o ilusión de la imaginación de ciertos “ideólogos trastornadores” …perdón; transformadores de una “nueva sociedad”: Quimerismo social.
Mientras, muchos contemplan perplejos o indiferentemente tibios.
raulhcampag@hotmail.com
