Es 1928, el Pueblo de Cajeme Rio Yaqui ha visto y vivido su insipiente metamorfosis, a través de escasos 22 años. El ferrocarril Sud Pacifico a través de la Estación Cajeme, sin proponérselo, sin pensarlo, sin siquiera imaginárselo puso los cimientos de un pueblo.
El tren por esos tiempos figuraba como principal medio de transporte. Veinte años después de la instalación de estación Cajeme, bien podría ser mucho o poco tiempo según quien vea las cosas. En esos años por aquí paso la revolución y en este pueblo desértico, en que sus tierras, habían atraído con sus encantos y embrujos a centenares de personas y como en el pasaje bíblico se tenían una amplia amalgama de lenguas, además de la lengua oficial y no oficial de la región, la lengua yaqui.
Las tierras desérticas ya habían sido tocadas por la magia de las manos trabajadoras de hombres y mujeres de diferentes partes del mundo. También la mala magia había llegado a estas tierras del yaqui y a los alrededores del pueblo que nunca existió, el pueblo Delta.
Hombres y prohombres que en el espacio de tiempo de 1906 a 1928, quizá en varias ocasiones montadas en la máquina de fuego llegaron, vinieron y se fueron de este pueblo, pero muchos de ellos al columbrar con su mirada los cuatro puntos cardinales, deben de haber dicho, aquí me quedo. Y se quedaron.
Por estas tierra, por estos lugares, antes y después de 1906, también pasaron hombres cargados de envidia, de odio, de rencores, de avaricia. Hombres vestidos con uniformes que significaba gobierno y que en su dicho invadieron tierras y mataron a cientos, miles de indígenas yaquis y que en sus mentes perversas y desquiciadas estaba el firme propósito del exterminio de la etnia yaqui.
La ignominia del poder, traía el aval del supremo gobierno.
Cuentas los que cuentan historias, que por estos valles cabalgaron varios de los prohombres que forjaron la revolución. Topete, Benjamín Gil, Fructuoso Méndez, Francisco Urbalejo, entre otros
Que por estas vías y por estos trenes viajaron y se detuvieron en Estación Cajeme, cuando a las maquinas del tren les daban a beber agua, entre otros, los generales Francisco Serrano, Álvaro Obregón, Calles y hasta Francisco I. Madero.
La revolución mexicana que hasta la fecha no se ponen de acurdo cuando terminó, si fue en 1917, 1920, o después.
El General Obregón, para algunos el mas victorioso de la era revolucionaria, llega a la presidencia de la República en 1920, hasta 1924. Terminada esta etapa de su vida, vuelve a Sonora a fincar y continuar sus negocios en Navojoa y en el atractivo pueblo de Cajeme. La historia cuenta que en 1926, fue partícipe de una de las más sangrientas y alevosos ataques y como consecuencias matanza de indígenas en tierras yaquis, en Vicam.
Su residencia en Cajeme la establece en la Hacienda Nainari, que algunos dicen se la construyó la Compañía Richardson. Desde ahí empieza a manejar los hilos de la política, local, estatal, nacional.
A partir de 1924 contribuye al engrandecimiento político y económico del pueblo de Cajeme y trabaja en pro de su reelección, contraviniendo al principal principio maderista.
Sin duda, por su influencia el pueblo de Cajeme alcanza el grado de Delegación y Comisaria, luego el de Municipio.
El 30 de noviembre de 1927, se decreta que Cajeme sea Municipio, y el primer día de enero de 1928, se instala el municipio de Cajeme. El General Obregón por estos tiempos, estaba en plena campaña, para las elecciones del día primero de Julio de 1928. Muertos Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez, el fue el único candidato. Ganó.
A principios de 1928, con cinco meses de funcionar el Municipio de Cajeme, se da en este lugar un movimiento abanderado por el Señor Manuel Alatorre, llevan la propuesta ante el Cabildo de que al pueblo de Cajeme, le sea asignada la categoría de Ciudad y ya constituida como ciudad, le sea asignado el nombre de General Álvaro Obregón.
La propuesta la hace suya el cabildo, encomendándole al propio Sr. Alatorre, comunicarse con el General y hacerle ver esta propuesta y que este manifieste sí está de acuerdo o no con ella.
A través de carta escrita por el General que fue leída en sesión de cabildo el 16 de Mayo de 1928, este, manifiesta su aprobación y agradece esta distinción.
Como si se tuviera la premonición de que algo pudiera ocurrir, Manuel Alatorre urgió al cabildo que que se diera pronto seguimiento a la propuesta y que fuera enviada al Congreso del Estado.
El General Obregón habiendo ganando la elección presidencial el primero de julio de 1928, en festejo celebrando en el restaurante La Bombilla de la ciudad de México, el 17 de Julio de 1928, fue asesinado, por un militante de la guerra Cristera, guerra esta declarada contra el gobierno.
La XXIX Legislatura del Estado de Sonora, decretó que al pueblo de Cajeme le fuera asignado el nombre de Ciudad Obregón el 30 de Julio de 1928, trece días después de que el General había muerto. Esta legislatura fue suspendida ocho meses después.
Tal vez si el cabildo de Cajeme, le hubiera dado un rápido seguimiento a esta propuesta, al General le hubiera tocado en vida este homenaje.
El nombre de Ciudad Obregón tardó varios meses en ser manifestado en documentos oficiales, incluso en la actas de cabildo fue utilizado el encabezado con el nombre de Ciudad Obregón, en lugar de Pueblo de Cajeme Rio Yaqui, hasta el 16 de Junio de 1929, en el acta de cabildo numero 4, estando de Presidente Municipal el Coronel Gustavo Dolores Cuevas, quien fungía como interino de Ignacio Mondaca.
Así, la historia data que a trece días después de la muerte del General, nace la ciudad.
Como dato curioso, a la comitiva que nombró el Ayuntamiento, de Cajeme a que recibiría el cadáver del General Obregón, en la ciudad de Culiacán y llevarlo a la ciudad de Huatabampo, no fue incluida el señor Manuel Alatorre.