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Cuando se gobierna para servir a una ideología.
Ya con datos duros del INEGI sobre los resultados de indicadores económicos en nuestro país en este primer semestre de administración amorosa, clemente e incorruptible, los expertos coinciden en que vamos para atrás.
Cero crecimiento económico, mínima inversión, desconfianza en los mercados internacionales; pero no podría ser de otra manera con anuncios y decisiones tan viscerales como echar a la basura el megaproyecto del aeropuerto de la CDMX, echarle dinero bueno al malo en una empresa tan ineficiente y desfondada como PEMEX y ocurrencias descabelladas como el Tren Maya y otros sueños de opio.
Y es así cuando se gobierna para servir a un paradigma ideológico que históricamente ha demostrado ser un desastre; cerrando ojos y oídos a las múltiples advertencias no solo de críticos nacionales e internacionales; sino de miembros del propio gabinete que para este breve lapso de nueva administración señalan ya los focos rojos y los riesgos que conllevan.
Abonando al mismo proyecto ideológico, nuestro gobierno, creyó que podría pavonearse con sus correligionarios internacionales al poner en jaque al mismísimo «imperialismo» en el vecino país del norte, “arrimándole la lumbre a los aparejos”; soñó que podría llevar hecha la tarea y recibir estrellita en la reunión del Foro de Sao Paulo, y como lo dijo en uno de sus cotidianos twitters el propio Trump, “no solo se permitió; sino se fomentó” el masivo y libre tránsito de migrantes sudamericanos, imaginando con delicia la crisis migratoria que se le generaría al odiado capitalismo. Pero se subestimó la energía de la respuesta y ahora bajo la amenaza de gravar con aranceles progresivos y desproporcionados nuestras exportaciones, y en una mala negociación para nosotros, se conjuró ese ultimátum, endilgando a nuestro país el problema migratorio que su propio gobierno generó, ocasionándonos una crisis, económica, laboral, poblacional, de seguridad, que no podremos enfrentar. Fue literalmente un palo al avispero. Les salió el tiro por la culata. Les trono el cuete en la mano.
AAhh!! ¡Si todo parara ahí...!!! ¡Pero no!! Una ideología es una falsa conciencia. Es decir: ¡¡Hasta las últimas consecuencias!! No importa la escases de recursos ni la desaceleración económica que se nos viene. Nuestro gobierno está comprometido con amos ultra fronterizos y participa activamente con la agenda de la ideología de género y a ello canaliza ingentes recursos, desviados inexcusablemente de programas tan necesarios como urgentes, que sí representan verdaderos problemas de salud, seguridad, vivienda, alimentación, etc.
Y es que tiene como objetivo prioritario reinventar a la familia, siguiendo esquemas supranacionales que no solo no toman en cuenta el parecer de los padres de familia ni el sentir de la gran mayoría de los mexicanos, sino que lo traicionan; proyectos que son completamente ajenos a nuestra idiosincrasia, a nuestras convicciones, a nuestra cultura; pero por si los mexicanos pudiéramos estar equivocados; son también contrarios a la ciencia y a la experiencia.
De pronto los genios de la ideología de género caen en cuenta que nosotros ¡¡todo lo veníamos haciendo mal!!, ¡¡que lo natural es erróneo!!, que nuestro marco referente de valores que ha permitido armonía a las relaciones entre las personas que conforman una sociedad, como el respeto a la vida humana desde su concepción, el matrimonio instituido entre hombre y mujer que en el amor y la complementación fundan una familia que debe ser protegida por el Estado porque es de interés público; el cuidado a las personas mayores, el derecho y deber educativo de los padres; ¡todo está tan mal!, que hay que hacer cambios radicales, hay que hacerlo todo de nuevo: el amor de la madre que sabe que lleva un hijo en su seno, su solicitud y cuidado, ha de trocarse en sentir que está amenazada por el nuevo hijo que vulnera su individualismo y sus derechos entre los que reclama el de matarlo, transformando al amparo de la ley, (como ya es un hecho en algunos países), el seno materno en el lugar más peligroso del mundo.
El largo y arduo desarrollo de ciencias como la psicología, la neurología, la sociología, la antropología, la sexología, que nos ilustran sobre la feliz complejidad de la relación hombre y mujer que siendo tan diferentes son sorprendente y deliciosamente complementarios; lo que no solo da equilibrio a la relación y la enriquece; sino que posibilita la procreación y provee de los recursos afectivos, psicológicos, emocionales para el sano desarrollo y educación de los hijos. Pues todo ese cúmulo de conocimientos ¡¡está equivocado!!, ¡¡hay que empezar de nuevo!!, pues, según los iluminados de la reingeniería social, da lo mismo si el niño es criado por dos o más papamamás o por dos o más mamapapás, los cuales entre una amplia gama pueden ser homosexuales, lesbianas, transexuales, trasvestis, bisexuales, zoófilos, necrófilos, pedófilos o cualquiera otra variante de una lista que crece de un día para otro en su variedad y en el reclamo de “sus derechos” entre los que exigen el de adopción de menores, olvidando que en la adopción el derecho fundamental es el del niño: recuperar lo que perdió: un padre y una madre. No es una mascota que se tiene derecho a poseer.
En esta postmodernidad tan preocupada por custodiar los sistemas ecológicos consideraríamos perturbado a alguien que quisiera aplicar reingeniería medioambiental al asombroso y tan estudiado santuario de las mariposas monarca en los bosques de oyamel de Michoacán y el Estado de México y para evitar semejante despropósito, estos lugares han sido declarados Reserva de la Biósfera y Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, lo cual celebramos porque somos conscientes de que por mínimos que fueran los cambios que se pretendieran en este sistema natural, romperían el frágil equilibrio de este admirable hábitat aún no totalmente comprendido.
Sin embargo, la familia, que es el santuario del hombre, con las condiciones necesarias para un delicado equilibrio que no solo es ecológico; sino incluye múltiples, complejos y frágiles factores que en la armonía del conjunto conforman el ambiente ideal para el sano desarrollo del ser humano, no goza de los mismos privilegios y por eso hay orates que se atreven a querer meterle tijera.
Es increíble la audacia de nuestros insanos innovadores, que, si todavía no son juzgados por crímenes de lesa humanidad, es por la tibieza de nuestra respuesta. Y es que han sabido generar antes, una niebla tóxica de confusión, primero creándonos sentimientos de culpa al victimizar a quienes, si no debieran en ninguna circunstancia ser discriminados o maltratados, tampoco pueden exigir derechos diferentes, exclusivos y prioritarios al resto de los seres humanos. Esa minoría de personas que se auto percibe atrapada en un cuerpo de sexo diferente a sus preferencias, tiene todo el derecho y la libertad de hacerlo y celebramos que así sea; pero no puede imponernos al resto de los ciudadanos participar de sus fantasías ni pretender que los contribuyentes sufraguemos las costosas mutilaciones y tratamientos hormonales con que intenta luchar contra la naturaleza, desviando recursos limitados y necesarios para programas de salud que sí cobran muchas víctimas como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.
No solo ignoran intencionalmente que la ciencia más actualizada afirma que cuando somos una sola y primera célula llamada cigoto, después de la unión del óvulo y el espermatozoide, ya somos hombre o mujer, y ésto, nueve meses antes de nacer; sino que mucho después de muertos como en el caso de Tutankamon o de Nefertiti, fallecidos hace tres mil trecientos años, puede reconocerse, gracias a la Antropología Forense, que sus momias son respectivamente de hombre y de mujer; no solo lo ignoran intencionalmente, digo, sino que contra claras evidencias científicas quieren adoctrinar a nuestros hijos desde el jardín de niños, haciéndoles creer que cada quien puede ser del sexo que quiere ser, que solo tiene que elegirlo.
Si esto no es perversión, no existe la perversión. Es tan absurdo este conjunto de ideas insanas, que es necesaria la fuerza del Estado para intentar imponerlo y para ello se ha creado la CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación), que es el garrote detrás de la puerta, listo para usarse contra quienes no estén de acuerdo, contra quienes denuncien la insensatez de esta aberración, contra los padres que reclamen su derecho y deber de educar a sus hijos según sus convicciones.
Estamos ante la peor amenaza que se haya imaginado jamás contra la familia, contra la vida humana, contra el orden establecido, contra la libertad de expresión. Es un enemigo formidable que cuenta con cuantiosos recursos, con organizaciones internacionales con la ONU a la cabeza y que se ha establecido en los medios de comunicación y en la industria del espectáculo como el criterio políticamente correcto.
Suena ya la hora en que los propios padres y madres de familia, conscientes del peligro que se cierne sobre nuestros hijos, tomemos acciones decididas para defender a los que amamos. Dejamos de esperar de aquellos que debieran salvaguardar a la familia, a la sociedad y a la Patria, que no reaccionan y aún nos traicionan ante enemigos tan peligrosos como extraños a nuestra esencia nacional.
Es inevitable recordar el compromiso que renovamos al entonar nuestro Himno Nacional:
“Más si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa, oh Patria querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio”.
Dr. Armando García Avendaño
Médico Anestesiologo.
Garmando_2001@yahoo.com.mx
